Una luz en la red

Una luz en la red

Construir una ciudadanía digital responsable es el objetivo de Faro Digital, ONG nacida en 2015 y que tiene como principales destinatarios de sus acciones a las nuevas generaciones.

El desarrollo de Internet y las tecnologías que posibilitan la expansión del mundo digital pueden ser herramientas que contribuyan a transformar realidades, a ampliar el conocimiento personal y a crear redes de contacto. Al mismo tiempo, resulta vital tomar conciencia de los riesgos que devienen de su uso, muchas veces transformados en distintas formas de violencia, para, por el contrario, poder emplearlos con actitud responsable y crítica. Por ello es que existe Faro Digital, una ONG que tiene como objetivo estudiar los usos, hábitos y relaciones de la ciudadanía con las tecnologías digitales. Nacida en 2015 y repartida entre Argentina y España, toma el desafío de educar a través de workshops, talleres y capacitaciones, de comunicar con campañas y concursos, y de realizar investigaciones de campo para la construcción de una positiva ciudadanía digital.

Así lo manifiesta Ezequiel Passeron, director ejecutivo de Faro Digital en Argentina, que explica que la idea de los talleres es poder concientizar acerca de los riesgos que pueden existir en Internet, pero también de las oportunidades que brinda su correcta utilización. La ONG tiene una misión social clara: acercar a las distintas generaciones construyendo puentes entre jóvenes y adultos. Por eso es que si bien los protagonistas y en quienes hace hincapié son los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, creen vital el proceso de acompañamiento, crecimiento, comprensión y ayuda que ejercen los mayores. 

La idea de trabajar más precisamente sobre ese rango etario se debe a que consideran que son éstas las primeras generaciones que nacieron inmersas en el mundo digital y que por eso es importante poner la tecnología en contexto. En palabras de Ezequiel, es imposible negar la importancia que tiene Internet para sus vidas, vínculos y aspiraciones, pero también es conveniente analizar qué procesos o situaciones se viven en esos espacios.

Es por esto que también los desafíos varían según las edades y usos de las pantallas. “Con los más chicos, de nivel primario, abordamos temáticas como el bullying, el ciberbullying, sus inicios en plataformas sociales y el cuidado de la privacidad”, dice Passeron. “Con jóvenes de educación secundaria trabajamos diversas líneas: el grooming (abuso sexual web), la difusión de imágenes íntimas sin permiso y la práctica segura del sexting, y por último, la construcción de identidad digital”, agrega. A partir de un estudio realizado con estudiantes, Faro Digital descubrió que en la mayoría de los casos los chicos relacionaban a la violencia digital con el ciberbullying, pero, al mismo tiempo, temas como la difusión de imágenes sin permiso o la violencia de género eran focos de preocupación aunque sin ser percibidos como violencias digitales. Por último, cuenta que “con las familias o adultos en general trabajamos desde nivel inicial la introducción a la tecnología digital de los más chicos, con pautas de uso y control respecto del acceso a la información indebida”.

El mundo digital, y quizá más precisamente las redes sociales, se volvieron una especie de sistema nervioso de la sociedad. ¿Por qué suelen explotar las emociones allí sin un filtro y qué consecuencias trae eso? Lo explica Passeron: “Las redes sociales funcionan muchas veces como espejos de lo que sucede en nuestra sociedad. Si vivimos en un contexto donde priman las emociones violentas, es esperable o lógico encontrar su correlato en estos espacios de comunicación y socialización. A esto hay que sumarle la particularidad que presentan estas tecnologías: al ser procesos comunicacionales mediados por pantallas, es frecuente encontrar en los vínculos digitales una falta de empatía con el otro, justamente por no estar cara a cara, sin tener noción del efecto que puede provocar un comentario, publicación o mensaje en nuestro amigo, contacto o interlocutor”.

El director de Faro Digital sostiene además que las emociones se visibilizan en las redes sociales porque éstas funcionan como herramientas de comunicación entre pares. “Esto hace que debamos trabajar fuertemente en la formación de las nuevas generaciones, desde un enfoque humanístico, social, que contemple las emociones de los y las chicas, también en Internet”, explica.

En este sentido, la ONG lleva adelante junto con UNICEF y la Provincia de Buenos Aires el programa “Convivencia Digital”, una propuesta que hace foco en la construcción de una identidad y en las relaciones y emociones humanas, buscando formar a las nuevas generaciones en valores, achicar la brecha generacional e informativa y velar por el cumplimiento de los derechos humanos. 

Pero éste es solo uno de los proyectos que Faro Digital organiza. Junto con empresas importantes como Movistar, Telefé o Avón, tiene en marcha iniciativas de investigación, de comunicación y educación. Una de ellas, que realizan en conjunto con Facebook, es “Soy Digital”, a través de la cual capacitan a jóvenes, emprendedores sociales y/o adultos con oficios para el uso creativo y productivo de Internet.

Al mismo tiempo, los diversos talleres que ofrecen tienen una fuerte repercusión. “Los talleres de uso responsable son los más solicitados por las escuelas. Esto se debe a la gran demanda de docentes, pero también de las familias, en dar respuestas a las problemáticas sociales que hoy tienen su correlato en la web”, comenta Passeron. Y  destaca: “Allí observamos la necesidad de análisis de los ámbitos digitales ante la ausencia de espacios institucionales para hacerlo. Son debates muy bienvenidos por los jóvenes donde reflexionan, quizás por primera vez, sobre sus propias prácticas y sus consecuencias. Observamos mucho asombro, desinformación y atracción por el tema”.

Faro Digital busca aportar claridad en medio de un mundo que se abre frente a la sociedad y que lo que le aporta es tan rico como delicado. Por eso resulta necesario aprender a utilizarlo, conociendo sus potenciales, sus límites y sus riesgos.

Ezequiel afirma: “Estamos convencidos de que no todo en la vida pasa por Internet, y por eso creemos necesario brindar información, consejos y co-crear estrategias para poder desenvolvernos de la mejor manera posible en estos ámbitos digitales. Tomarlos como un espacio público y social más, es la base para comenzar a construir una ciudadanía (digital)”.

Para más información: www.farodigital.org

Artículo publicado en la edición Nº 613 de la revista Ciudad Nueva.

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