Tiempo Vivo

Tiempo Vivo

“Habitando el tiempo cósmico” fue el tema de la tradicional Muestra Anual de la Escuela Aurora con la que los alumnos concluyeron el año.

Como todos los años, al cierre del ciclo lectivo, a fines de noviembre, los alumnos exponen sus producciones, lo que han aprendido a largo de su pasaje por la Escuela y cómo se preparan para poder hacer de este camino un medio de vida también.

Durante varios días, abierta el público en general, la muestra también tuvo momentos artísticos, gastronómicos y conferencias acerca de la idea rectora de este año en la muestra “El Tiempo”.

¿Por qué “El Tiempo”?, le preguntamos a Raúl Escalante, uno de los profesores: “se vivieron circunstancias que son traumáticas, que han venido a transformar nuestra cotidianidad, entonces surge la pregunta: ¿qué ha pasado con este tiempo? Hemos sido sometidos a un modo diferente de vida, ¿qué ha pasado con nuestras dinámicas?, hemos perdido trabajo, y peor aún, hemos perdido gente que amamos… ¿qué nos pasó en este tiempo?, ¿qué nos transformó?, ¿qué nos hizo ver?”.

Hacerse preguntas es importante, caminar con las preguntas que acompañan los procesos culturales que hacen los alumnos en la escuela, es clave. Hace que surja un pensamiento crítico y desde ese preguntarse surgen formas de hacer y reflexiones. Es el camino que ha elegido la institución, el diálogo cultural que se da entre el carisma de la Unidad desde la cultura cristiana y la sabiduría ancestral de la cultura americana. Se puede hablar entonces de reconciliación en términos culturales, “hay una tensión creadora en un intento de entenderse, de integrarse y también un proceso de sanación… Entender el pasado para comprender el presente, una forma de destraumatizar” nuestra historia herida, reciente y pasada.

En este sentido el arte se convierte una herramienta poderosa para el camino, es una herramienta de introspección, que “penetra tu corazón más allá de tu propio ego”, haciendo un click importante en los alumnos, en la escuela. “No se trata de lograr la aprobación del docente, sino la aprobación del vencido”. Con el arte el alumno vence, el otro se rinde ante la condición de belleza.

Durante este año se empezó a investigar, reflexionar y preguntar qué pasa con el tiempo en la comprensión de las culturas americanas y se trabajó sobre todo un concepto: la monumentalización del tiempo, que quiere decir: ¿cuál es la materialización del tiempo?

“En los valles el tiempo se lo refleja en la arquitectura, en modos de observar, de transitarla y en cómo rige también el tiempo para la siembra y para la cosecha en sentido amplio. Entonces, el tiempo se objetivaba entre dos elementos: la tierra y el sol, el tiempo se monumentaliza, se hace arte, se hace camino para la existencia.”

A diferencia de otras culturas, se monumentaliza para que sea “un patrón cósmico en la regulación de tu vida, para que no pierdas el cordón celeste que nos liga a las estrellas, a lo bello, a lo espiritual, el monumento te da tiempo para vincularte, para liberarte de lo cotidiano, para estar”. Esta comprensión del tiempo invita a detenerse y descubrirse perteneciente a esta tierra.

Durante una de las conferencias de la muestra, la historiadora Lizi Guzmán hizo notar que hablar del tiempo es hablar de nosotros mismos, eternos migrantes. En el sentir de nuestros pueblos ancestrales el tiempo es cíclico, con dos movimientos de arriba hacia abajo, y de abajo hacia arriba, con un movimiento de origen que es como la semilla. Hay dos formas de comprender el tiempo, el tiempo vertical y el tiempo horizontal. El horizontal es el que nos muestran los libros de historia, el tiempo vertical es el tiempo de la naturaleza, el del ciclo; cuando adquirimos conciencia de ciclo, el tiempo se vuelve vertical. El tiempo horizontal, el que vivimos, nos vuelve individualistas, materialistas, nos sitúa en el futuro, en el acumular, un tiempo urgente, desesperado, mundano. En cambio, hemos perdido el sentido del tiempo vertical, que es el tiempo del espíritu, que nos hace entrar en un orden sagrado, tiempos que construyen valor de forma diferente. “El tiempo vertical nos muestra que somos seres mucho más preciosos, valiosos, con un montón de energía y talentos”. La lucha por la supervivencia hace que nos cueste armonizar nuestra vida en estos dos movimientos que hacen a la existencia.

A partir de estas reflexiones, también durante la muestra se pudo conocer el tiempo que se vive en la Escuela Aurora, un tiempo que en su búsqueda a través del arte logra caminar hacia esa armonía, un tiempo sanador. Se lo pudo ver materializado en las obras de los estudiantes, que compartieron en diferentes momentos los procesos que los han llevado a realizar sus producciones. El camino de reconocimiento de la cultura santamariana, la de los valles, de los símbolos que la representan, como los cardones y su flor, las vasijas, las copleras, las máscaras del lugar, la resistencia de la cultura originaria en los colores de la wiphala. En palabras de los estudiantes, un camino, un tiempo en que “se aprende a expandir la propia cultura, la que viene de los antepasados, hacer arte para valorar el patrimonio”.

Artículo publicado en la edición Nº 638 de la revista Ciudad Nueva.

Nota: Si quieren aprender más sobre el Tiempo Vivo los invitamos a visitar la página de Facebook de la Escuela: https://www.facebook.com/Escuela-Aurora-178548628865300 y a conocer mucho más la producción de los estudiantes.

*La autora es socióloga.

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