La obra de Muhammad Yunus es conocida mundialmente. Este economista, Nobel de la Paz, sigue “inventando” empresas sociales que permiten salir de la pobreza.
Muhammad Yunus es un economista de Bangladés distinguido en 2007 con el Nobel de la Paz junto con el Grameen Bank (en bengalí banco rural), la entidad fundada por él e iniciadora del sistema conocido como microcrédito. Este tipo de finanza se basa en pequeños préstamos a personas pobres, en el caso de Grameen Bank, mujeres, para que puedan realizar un pequeño emprendimiento económico. Se trata de un sector social al que los bancos tradicionales no incluyen entre sus clientes, pues no tienen empleo formal, no están “bancarizados” y no tienen bienes que puedan garantizar ese préstamo. Sin embargo, el sistema del microcrédito no solo ha permitido financiar las iniciativas de estas personas, pero las tasas de devolución de los préstamos son altísimas, superiores al 90% y en el caso del Grameen Bank, superiores al 99%. En el mundo hoy el microcrédito cuenta con 190 millones de prestatarios, y ha sacado de la pobreza a 350 millones de personas.
Yunus, sin embargo, no se ha limitado solo a mirar a su entorno y está convencido de que la pobreza y la desigualdad se pueden superar con la multiplicación de “empresas sociales”, es decir actividades que tienen en sí una finalidad de utilidad social. Por ello, ha fundado el Yunus Social Business (YSB), una organización sin fines de lucro, que se dedica a difundir estas ideas formando a líderes sociales, pioneros de estos emprendimientos y manager de compañías que quieran dedicar toda o parte de su actividad a dicha finalidad. Uno de los siete países que sigue la YSB es Uganda, pues es uno de los que cuenta con la más alta tasa de emprendedores. Cuando se piensa en un emprendimiento económico, se piensa espontáneamente en un gran negocio o una fábrica, sin embargo a veces para salir de la pobreza es suficiente comprar una vaca o algunas cabras, adquirir una cocinilla o una máquina de coser. Se estima que en Uganda el 28% de su población ha emprendido un negocio en los últimos tres años (seis veces la cifra registrada en los Estados Unidos). Se estima que más del 80% de los ugandeses pondrá en marcha un negocio en algún momento de su vida.
Ante tanto dinamismo, YSB Por realiza esfuerzos para apuntalar miles de pequeños emprendimientos que permiten a muchas personas salir de la pobreza con trabajo y esfuerzo propio. De este modo, también promueve la aparición de compañías autosustentables que dan una respuesta sistémica al tema del empleo, de la pobreza y del cuidado ambiental. Una de las empresas sociales que YSB ha contribuido a crear es Golden Bees, dedicada a sostener la apicultura en Uganda. La agricultura es una de las principales actividades económicas del país, pero la dificultad para los pequeños productores locales es llevar a los mercados nacionales e internacionales los bienes que producen. Y la apicultura es uno de los sectores prometedores. La miel es un alimento muy utilizado en la cocina africana y también como endulzante. Pero las abejas producen además cera, utilizada para la industria cosmética, el propóleo, y el veneno extraído de los aguijones del insecto, que sirve para la industria de medicamentos. Golden Bees se dedica precisamente a potenciar la apicultura apoyando a pequeños productores, capacitándolos en la actividad, vendiéndoles herramientas y acercándolos a los mercados. Los ingresos sirven para el sustento de la empresa y las utilidades son reinvertidas para potenciar la actividad y ponerse al servicio de más productores. Hoy son más de 1.200 los apicultores que son parte de la red de Golden Bees, desde el más pequeño con apenas tres colmenas, al que ya tiene quinientas. De este modo, no solo se ha acercado a estos productores a una cadena de 80 supermercados de la capital ugandesa, sino que también es posible exportar productos derivados con valor agregado.
La bella historia de Yunus, de YSB y de Golden Bees, que es una de muchas otras compañías, simplemente dice que no es cierto que la única motivación para hacer negocios es el afán de lucro, pues la economía es mucho más que eso.