Una nueva propuesta para comer en familia.
Para esta gustosa receta podremos utilizar un wok o en todo caso una sartén que nos permita tener un calor bien intenso. Trozamos la pechuga (600 gr) en pedazos no demasiado pequeños y la sellaremos en un wok (o sartén) bien caliente y con poco aceite. Podremos utilizar una ramita de romero para dar sabor. Cuando el pollo esté bien sellado, durante unos 6/7 minutos, podemos añadir un par de cucharaditas de té de ají de color (páprika dulce) y media cucharadita de comino molido. Dejemos que los aliños le den sabor un par de minutos y luego retiremos.
En los jugos que han quedado en la sartén sofritaremos un diente de ajo picado y medio morrón amarillo, algo de morrón rojo y algo de morrón verde contados en juliana. En todo caso, por su sabor, es preferible utilizar, aunque sea, solo el amarillo.
Agreguen un par de atados de espinacas frescas y picadas fino o una bolsita de espinaca congelada que habrán sacado al menos media hora antes de la heladera. En pocos minutos todo estará listo. Agreguen medio vaso de crema de leche y luego vuelvan a unir la carne de pollo que han separado. Serán necesarios no más de 7/8 minutos, según sea suficiente para asegurarse que el pollo esté bien cocido.
En paralelo habrá preparado el cuscús según las instrucciones en una cacerola que solo habrán calentado previamente, pero que usarán con el fuego apagado. Una taza será suficiente para cuatro personas. Añadan media cebolla picada, tres cucharadas de aceite de oliva y una taza de agua que acaba de hervir salada y dejen reposar cinco minutos. Cuando verifiquen la cocción, de ser necesario podrán agregar algo más de agua. Finalmente, emplaten todo y sirvan con vino blanco o con cerveza.
