En vísperas de un nuevo aniversario del inicio de la última dictadura militar, el Presidente encabezó el acto de reconocimiento y homenaje por los 45 años de lucha en defensa de los derechos humanos.
El Museo del Bicentenario fue el sitio elegido para la entrega de los premios Juana Azurduy a las integrantes de Madres y Abuelas de Plaza, a quienes Alberto Fernández calificó como “inmensas”, y destacó como tarea fundamental “hacer docencia” sobre la historia del golpe militar que interrumpió la vida democrática argentina el 24 de marzo de 1976.
“Gracias a Dios que existieron. Nos pusieron la vara muy alta. En el medio de la tragedia tuvieron el coraje que la sociedad no tuvo”, señaló Fernández.
El mandatario aseguró que madres y abuelas son un “modelo de conducta, de lucha y de compromiso” y dijo que “su tarea es reconocida en el mundo entero”.
En ese sentido, habló de la necesidad de que las nuevas generaciones que han nacido después del golpe de Estado de 1976 sepan que hubo un tiempo en el que “la democracia no existía” y en el que la “gente pagaba con su vida el hecho de pensar”.
“Hubo un tiempo en el que la sociedad le daba miedo enfrentar esa realidad. Hubo un grupo de madres que empezó a preguntar dónde estaban sus hijos”. Aunque reconoció que los 24 de marzo son un día “aciago”, Fernández ponderó que las organizaciones de derechos humanos hayan decidido no marchar para evitar contagios con coronavirus: “Las Madres está repletas de amor y cuidan a los argentinos”.
Quienes estuvieron presentes junto al Presidente y al secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti, fueron Estela de Carlotto, en representación de Abuelas de Plaza de Mayo; Taty Almeida, por las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; y Lita Boitano, por Familiares de Desaparecidos y Detenidos por razones políticas.
Carlotto agradeció el homenaje por ser “parte de una historia muy larga y muy triste” y llamó a “cuidar la Democracia”. Emocionada, recordó sus intentos por convencer a su hija Laura para que saliera del país y la negativa de la joven que por entonces tenía 19 años. “Que estemos acá, quiere decir que su muerte no fue en vano”, añadió. “Este 24 de marzo nos encuentra con 90 años pero con una fuerza juvenil. Que digan lo que digan. Sabemos con quién estamos. Hay que seguir juntos”, aseveró.
Por su parte, Almeida dijo que, si bien por la pandemia “no se va a poder salir, tomar las calles y hacer la catarsis”, la convocatoria “plantar árboles, sembrar memoria” habla de la vitalidad del reclamo y la continuidad en las nuevas generaciones. “Son nuestra esperanza. No bajen los brazos. Hagan como nosotras, a pesar de las sillas de ruedas, seguimos de pie”, afirmó.
Boitano, en tanto, hizo un discurso de tono más íntimo: “A mí me está pasando que nunca estuve más cerca de mis hijos como este año para el 24 de marzo. No lo digo para llorar sino con lo que siempre nos acompañó: la búsqueda, la calma, el duelo pero también la alegría para luchar”.
Fuente: Télam