El presidente de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales y conocido economista explica la urgente necesidad de que las sociedades vuelvan a valorizar el trabajo humano de acuerdo con el magisterio de la Iglesia y escapen de las garras de los potentados económicos: “Es grave que cinco compañías farmacéuticas impidan la producción de vacunas bajo licencia teniendo en jaque al mundo. No debería aplicarse una norma de derecho privado, sino de derecho público. Está en juego la vida de miles de millones de personas”.
“El Pontífice entiende, mejor que ningún otro, que la situación que caracteriza a nuestras sociedades de hoy es una subestimación radical del trabajo humano”. El presidente de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, Stefano Zamagni, comentando el mensaje en video del Papa Francisco en la Conferencia Internacional titulada “A politics rooted in the people” – Una política arraigada en el pueblo – ,organizada por el Centro de Teología y Comunidad y celebrada en Londres en los últimos días, da la voz de alarma: “Esta subestimación es un riesgo que debe evitarse desde ahora porque la fase actual de la economía de mercado capitalista ha pasado de la centralidad de la producción a la centralidad del consumo”. Y para explicar mejor el peligro que corren las sociedades occidentales en particular, el economista cita un ejemplo: “¿Hoy quién es considerado el héroe de turno? El que logra convencer a las masas de la población para que consuman. Esto significa que el trabajo se considera sólo en clave instrumental, mientras que, como también recordó San Juan Pablo II, el trabajo no sólo tiene una dimensión instrumental con respecto al objetivo del consumo, sino también una dimensión expresiva de la dignidad humana”.
En su mensaje en video, el Papa insta a la política a “trabajar por y con el pueblo reconociendo sus valores espirituales” y no desinteresar a los pobres…
R.- La advertencia del Papa Francisco debe leerse en el trasfondo que mencioné anteriormente. La más reciente Doctrina social de la Iglesia ha sonado la campana de alarma: casi parece que el elemento central de nuestras sociedades sea el acceso al consumo. En cambio, volver a poner el tema del trabajo en el centro del discurso económico, político y cultural significa recuperar la antigua línea de pensamiento que incluso se remonta a San Benito. Cuando el santo lanzó su famoso eslogan Ora et Labora, representó un cambio epocal, porque significaba poner el trabajo al mismo nivel que la oración: antes no era así. Es por eso que este Papa siente la necesidad de llamar la atención de todos para revisar la forma en que conceptualizamos el trabajo.
Otro pedido que el Papa hace en su mensaje en video está relacionado con el hecho de que la Iglesia no puede “separar la promoción de la justicia social del reconocimiento de los valores y la cultura del pueblo, incluidos los valores espirituales”. ¿Cómo crees que se puede lograr esto?
R.- Al decir esto, el Papa Francisco se reconecta con el pensamiento de Pablo VI, cuando en la encíclica Populorum Progressio, pronunció esa frase que desde entonces se ha hecho famosa: el desarrollo es el nuevo nombre de la paz. En esa ocasión dejó en claro que el concepto de desarrollo no es lo mismo que el concepto de crecimiento: el desarrollo es típico de la persona humana; animales y plantas no se desarrollan, sino que crecen. Por eso hoy en día es muy importante hablar de desarrollo humano integral. El desarrollo implica tres dimensiones: la del crecimiento, la socio-relacional y la espiritual. En esta época, por desgracia, en el altar del crecimiento se sacrifican tanto la dimensión espiritual, como la dimensión socio-relacional.
¿Y este anhelo de crecimiento levanta muros contra los pobres, que cada vez son más en el mundo, ampliando la brecha con los pocos ricos del planeta?
R.- Por supuesto. Por eso no es casualidad que el Papa titule el capítulo cinco de su encíclica ‘Fratelli Tutti’. Es la primera vez que una referencia explícita a la acción política aparece en un documento oficial del magisterio. Aquí se dice que la política debe volver a ser la que gobierna la economía y no al revés. El Papa es muy consciente, sin embargo, de que en los últimos treinta años ha habido un cambio de importancia histórica: es la esfera de la economía la que domina la esfera política, con el resultado de que muchos políticos ya no son libres de actuar y tomar decisiones por el bien común, porque están literalmente bajo chantaje por potentados económicos y financieros.
¿Está pensando en algún episodio actual?
R.- Basta ver lo que está pasando en esta pandemia. ¿Es posible que cinco compañías farmacéuticas tengan en jaque al mundo entero, no permitiendo que otros sujetos puedan producir las vacunas bajo licencia? Es un asunto serio. Nadie afirma que las empresas que inventaron la vacuna no deban ser recompensadas y obtener un beneficio justo, pero no se puede tolerar que, ante situaciones de muerte como las que estamos presenciando, haya una negativa en nombre de un principio de derecho privado que no debe aplicarse en este caso: debe aplicarse en su lugar una norma de derecho público. Es por eso que el Papa argumenta que la política debe tomar el control de la economía.
Fuente: Vatican News