El chavismo estrecha el cerco sobre el líder opositor Juan Guaidó y la oposición da signos de impaciencia. No se ven resultados apreciables y el factor tiempo es clave.
Se tensa y se hace delicada la situación en Venezuela. El Gobierno de Nicolás Maduro ha conseguido que se le retiren los fueros parlamentarios al líder opositor al presidente del Legislativo, Juan Guidó, autoproclamado presidente interino. El líder opositor cuenta con el reconocimiento de unos 50 gobiernos, por lo que para el chavismo no es fácil detenerlo sin más y se está construyendo el terreno legal para neutralizar su acción. Mientras tanto, es permanentemente acusado de haber provocado los cortes de luz que afligen a la población venezolana, ya probada por un grave desabastecimiento de géneros de primera necesidad. El sabotaje sería obra de él con la ayuda de los Estados Unidos en la planificación. No se han presentado documentos de tal acusación. También se lo ha inhabilitado por quince años a ejercer cargos públicos por la Contraloría General. Ahora, la Asamblea Constituyente, le ha quitado los fueros, pese a no haber normas que la faculten para ello. La Constituyente ha literalmente tomado el lugar de la Asamblea Nacional elegida legítimamente y controlada por la mayoría opositora que cuestiona la elección de la Constituyente a la que no participó y está integrada totalmente por el chavismo. El jefe de gabinete de Guaidó, Roberto Marrero ha sido enviado a presión, en un estrechamiento del cerco en torno al autoproclamado presidente.
Mientras tanto, la oposición presiona a Guaidó que intenta no perder el actual arraigo popular. Sectores radicales, insisten en que se debe promover una intervención militar externa, aprovechando que la constitución las faculta en caso de necesidad. Es un tema delicado. Cualquier intervención externa, además de ser una aventura militar de dudoso resultado y una lucha armada que los gobiernos regionales difícilmente están dispuestos a sostener. ¿Quién podrá convencer a argentinos, colombianos, brasileños o peruanos a ir a morir por Venezuela? ¿Cómo ingresar al país? Una expedición militar es además un gasto que actualmente los países vecinos no aparecen en condiciones de sostener. Sin embargo, aparecen voces críticas y memes que circulan en las redes sociales tipo: «Guaidó es puro blablá».
Guaidó sigue convocando a las protestas y aparece en varias localidades de pronto, reuniendo a ciudadanos cansados de los problemas diarios y del chavismo. Pero tiene urgencia de conseguir resultados concretos, ante un chavismo que se mantiene férreamente en el poder. Por ello pasa a ser clave el factor interno de los militares. En los primeros momentos de la autoproclamación a la presidencia de Guaidó, hubo varias defecciones en las filas castrenses. Pero no han sido masivas. Las Fuerzas Armadas también se han beneficiado del chavismo y no parecen dispuestas a un cambio.
El tiempo juega a favor del régimen que en el país está en condiciones de hacer prácticamente lo que quiere, con la particularidad que no puede convencer a los venezolanos que todos los males vienen de afuera, puesto que la gente experimenta a diario las ineficiencias y las impericias de sus gobernantes. De mediación internacional ya no se habla, para que no se transforme en una herramienta que facilite la permanencia de Maduro en el poder, debe haber sincera intención de dialogar con la oposición. Por lo visto, tal disponibilidad no aparece. Venezuela sigue a oscuras y no es solo por falta de electricidad.
Hola a tod@s: quiero criticar fuertemente el artículo, pero no quiero faltar a la unidad. Sólo pongo mi ver. El artículo no da respuestas desde el carisma de la unidad, no sirve para construir un mundo nuevo. En mi información, además, deja entreveer que Maduro es jefe de un régimen. Y Guaidó un protestante con poder ante ese régimen. No sé si están en lo correcto. Por mi poca información, creo que Maduro ganó las elecciones más limpias de los últimos años, ya que estuvieron presentes veedores de varios puntos del planeta, auditando la elección, para que quede claro que lo votado es el sentimiento del pueblo. Justo luego de una fuerte crítica del Papa Francisco, y como respuesta a sus dudas. Venezuela tenía el 80% de pobreza extrema cuando asume Chavez. Ignoro cómo están ahora, pero creo que ronda el 50%, con un 30% de pobreza borderlaine. Es un avance. Para quienes luchamos en pueblos chicos y en barrios pobres contra la desnutrición infantil, sabemos que sacar a un pueblo de la pobreza lleva al menos 3 generaciones, o sea, en una cultura donde las madres se hacen a los 15 años, sacar al pueblo de la pobreza lleva mínimo 45 años, si hay una política efectiva, acompañada por la gente y mantenida en el tiempo. Y Venezuela está partida, y así no hay política que aguante. Por otro lado, decir que EEUU y otros tiene apetito voraz por el petróleo venezolano, no es nada nuevo, y sabemos bien lo que son capaces de provocar los muchachos neoliberales, cuando no consiguen sus deseos. Esos sí que son asesinos, destrosadores de culturas (en nuestra historia creo que lo aprendimos bien), y siempre bajo una presentación de elegancia, buenos modales, educación, respeto por lo religioso, y con un discurso social, abarcativo y con mucho dinero detrás. Aborrecidos eso sí a viva voz por nuestro Papa. Les recuerdo la palabra de vida de este mes con copio y pego: “Lamentablemente en la vida personal y social respiramos una atmósfera de creciente hostilidad y competencia, de sospecha recíproca, de juicios sin apelación, de miedo del otro; los rencores se acumulan y conducen a conflictos y guerras.”
Por ello, creo que lo mejor es escribir artículos que no produzcan idea de los buenos y los malos, que defiendan eso sí las estructuras de la democracia, y que no estén genuflexos al poder neoliberal, como parece estar este artículo. Repito: sólo pongo en común lo que veo, no pretendo tener la verdad absoluta. Pero me duele que no veamos el JA enorme en que estamos inmersos, y no lo amemos como debemos. No es el ideal que Dios le dió a Chiara. Releean una ciudad no basta. Abrazos. Siempre 1
Como cristianos podemos ofrecer un decisivo testimonio contra corriente: en un acto de libertad de nosotros mismos y de los condicionamientos podemos comenzar a reconstruir los vínculos heridos o rotos.