¿Un plan inmobiliario o un acuerdo de paz?

¿Un plan inmobiliario o un acuerdo de paz?

La Casa Blanca confía en la propuesta elaborada por el yerno de Donald Trump para resolver el conflicto israelí – palestino.

Se realizará en Bahréin la cumbre que intenta viabilizar el plan promovido por el yerno del presidente Donald Trump, Jared Kusher, para alcanzar un acuerdo de paz entre Israel y Palestina. Del plan no se conocen mayores detalles, pero sí se sabe que es un intento de canalizar cuantiosos apoyos económicos, hasta más de 70.000 millones de dólares en diez años, a los efectos de mejorar sustancialmente la calidad de vida de los palestinos. A cambio de ello, el territorio que las resoluciones de la ONU reconocen como palestino, Cisjordania y la Franja de Gaza se verían reducidos reconociendo de facto los asentamientos israelíes realizados en los últimos años. Sin embargo, el plan hasta el momento no aclara si Palestina dispondrá de todas las prerrogativas propias de un estado.

Kusher, de 38 años, es un abogado empresario inmobiliario, sin mayor experiencia diplomática, cercano en su visión política al premier israelí Benjamín Netanyahu (ambos en la foto), poco acostumbrado a respetar las normas de las que suele salirse con asombrosa despreocupación. En su momento, reclamó para sí, ante el responsable de la política exterior del Gobierno de Trump, tanto el manejo del tratado de libre comercio con México y Canadá como las relaciones con Israel.

Por el momento, han anunciado su participación a la reunión en Bahréin Arabia Saudita, cuyo príncipe heredero mantiene un vínculo personal con Kusher, y también los Emiratos Árabes, principales financiadores del plan. Participaría Qatar, pero rechazó la invitación Turquía, al tiempo que todavía no parece claro el nivel de participación de Egipto y, por sobre todo, Jordania. Más de la mitad de la población jordana es descendiente de palestinos, al tiempo que el conflicto en Siria ha provocado la llegada de un millón de refugiados. Las protestas sociales provocadas por la crisis económica que vive el país han determinado recientemente la renuncia del primer ministro. Y es conocida la responsabilidad de los sauditas en la promoción de la guerra en Siria. Por otra parte, el rey jordano es guardián de los lugares sagrados, por lo que la proclamación de Jerusalén como capital de Israel, rompiendo el consenso internacional sobre el estatuto especial de la ciudad santa, cuya zona este era parte del territorio palestino confiado a Jordania. Estos factores indican la delicada posición del rey jordano, Abdalá II, cuya esposa es de origen palestino.

Otros grandes ausentes en Barhéin son precisamente los representantes palestinos que consideran que el plan de inversiones es literalmente un soborno a cambio de renunciar a una verdadera independencia.

Se cuenta que, en una reunión en Jerusalén en 2017, a la que Kusher participó junto con Netanyahu y con el presidente palestino Mahmud Abás, el discurso pragmático de Kusher impactó en un veterano negociador palestino como Saeb Erekat quien le hizo notar que estaba dando la impresión de que hablaba como un agente inmobiliario, interesado en hoteles, edificios y otras construcciones. Kusher le contestó, no sin cierta arrogancia: “No han logrado la paz con los políticos. Quizás, lo que necesitan es un agente inmobiliario”.

Que el negociador de la Casa Blanca entienda poco de Medio Oriente y de diplomacia aparece con toda evidencia. La sensación, como en el caso de la negociación con Corea del Norte, es que en el entorno de Trump reina la improvisación y la autoestima.

  1. Juan Andrés Ravignani 29 mayo, 2019, 23:35

    Personalmente a una propuesta de Trump, y más de este calibre mi respuesta sería no; la confiabilidad de las intenciones y la palabra de este individuo esta bajo cero. No creo que los Palestinos sean incautos.

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