Un plan injusto que no contribuye a la paz

Un plan injusto que no contribuye a la paz

La oportunidad histórica que se ofrece al pueblo palestino, en realidad ha sido diseñada para beneficio de Israel, ignorando la justicia y del derecho internacional.

En medio de aplausos y mutuas felicitaciones, este martes el presidente Donald Trump y el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, han presentado su propuesta de paz del siglo que debería resolver el eterno conflicto con los palestinos. La solución de dos Estados sustancialmente toma nota de la situación de facto, en la que todos los territorios de Cisjordania ocupados por asentamientos de colonos de Israel, más el valle del río Jordán y los altos del Golán (que es territorio de Siria) quedarían anexados, dejando a los palestinos un territorio con enclaves sin solución de continuidad. Un túnel, o una autopista elevada, unirían estos territorios a la Franja de Gaza, a la que se añadirían algunas áreas en el desierto del Negev, en la frontera con Egipto. A cambio de aceptar este plan, se realizaría un plan de inversiones de 50.000 millones de dólares en diez años, el que debería crear un millón de empleos.

El anuncio, presentado incluso como la última oportunidad para los palestinos, ha sido anunciado en ausencia de los directos interesados. Mahmud Abbas, presidente de Palestina ha rechazado el plan y hace dos días que no atiende los llamados telefónicos de la Casa Blanca. Actitud que lleva el debate sobre cómo puede ser “histórico” un plan de paz que una de las partes rechaza, que ha sido diseñado con solo uno de los interesados al que se le ha reconocido el derecho de ocupación de territorios que no le pertenecen. El proceso de fragmentación de los territorios palestinos es bien visible comparando mapas como el siguiente.

La ONU en su resolución acerca de los territorios señala desde hace tiempo que las partes deben volver al status quo de 1967 (el tercer mapa desde la izquierda). Pero ni la Casa Blanca ni Jerusalén son partidarios de las instancias multilaterales y están optando por una huida en solitario en la que deben primar sus intereses por encima del resto. Hablar de paz ante esta perspectiva significa enterrar toda esperanza de realizarla. ¿Quién y con qué argumento el día de mañana podría impedir que otro país resuelva del mismo modo algún conflicto territorial, entre los muchos que hay? Aquí se está pateando el espíritu del multilateralismo en beneficio de la ley del más fuerte, el derecho internacional y los más elementales criterios de justicia.

Como ha declarado el presidente Abbas, más que una oportunidad, se trata de una nueva bofetada al pueblo palestino.

  1. Juan Andrés Ravignani 1 febrero, 2020, 10:50

    Son soluciones planteadas entre criminales. Una burla a la Humanidad, es siniestro, la Paz no es una palabra, es una construcción en común. Quienes no se interesan por la humanidad corrompen el valor semántico de la palabra y la manipulan sin escrúpulos. DAN VERGÜENZA.

    Reply

Deja un comentario

No publicaremos tu direcci贸n de correo.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.