Un día de película

Un día de película

El viernes 22 de marzo de 1895, los hermanos Lumière proyectaron 46 segundos que dieron lugar al primer registro cinematográfico. Fue el nacimiento del séptimo arte.

En aquella ocasión, se registró «La salida de los obreros de la fábrica Lumière” en Lyon Monplaisir, rodada tres días antes.

Auguste y Louis, pensaron que el cine sería una invención sin futuro. Sin embargo, la novedad que fuera exhibida de forma comercial aquel viernes de marzo de 1895 en la Sociedad Francesa de Fomento de la Industria Nacional, obtuvo un inesperado éxito.

Los hermanos Lumière nacieron en Besançon entre 1862 y 1864. Crecieron en Lyon, y trabajaron en el taller fotográfico de su padre, que inculcó en sus hijos el gusto por la fotografía. Los hermanos dominaban diferentes técnicas fotográficas.

En 1881 elaboraron varias fórmulas y Louis desarrolló una placa seca que comercializó con gran éxito bajo el nombre de “etiqueta azul”. Aunque recibieron numerosas ofertas para comprar sus procedimientos, los hermanos las rechazaron, y con la ayuda financiera de varios amigos de la familia se lanzaron a la aventura creando una empresa con una decena de trabajadores.

​Inicios de película

Al morir su padre en 1892 los hermanos empezaron a trabajar en la posibilidad de imágenes en movimiento. Crearon un aparato que servía tanto como cámara como proyector: el cinematógrafo, que se basaba en la persistencia retiniana del ojo humano. Durante una noche de insomnio, Louis acabó descubriendo la solución para hacer pasar el fotograma a través del objetivo: el de perforar la cinta del film para permitir su movimiento por la cámara. 

Finalmente, el 13 de febrero de 1895, los hermanos patentaron su nuevo invento con el nombre de cinematógrafo, un aparato que era a la vez cámara y proyector. Louis y Auguste acabarían tomando en el futuro direcciones distintas, pero el camino hacia el séptimo arte ya estaba abierto y era imparable.

“Desde hace mas de 120 años, la gente buscaba lo mismo que buscamos hoy: estar juntos en una sala, a oscuras, compartiendo emociones ante una gran pantalla”, dice Thierry Frémaux, director del Instituto Lumière de Lyon.
Eso es lo que lograron los hermanos Lumière, y lo que propician los espectadores y los promotores de los cine clubs: ser puntos de encuentro

¡Larga vida al cine!

Fuente:

https://historia.nationalgeographic.com.es/a/primera-pelicula-historia_14051

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