El presidente Donald Trump puso tercera y aceleró en el sprint final de la campaña electoral. Lo hace ahora como “ex-paciente de Covid” y va por más, al afirmar que “el virus no es contagioso”.
El demócrata Joe Biden lleva cierta ventaja en los sondeos, porque varios votantes republicanos están abandonando a Trump.
La suerte de las elecciones del martes 3 de noviembre se decidirá en el Consejo Electoral de los EE.UU., donde la elección no es nominal, sino a través de electores.
Proceso electoral estadounidense
Luego de emitir el voto presidencial, se pasa a un conteo estatal. En 48 estados y en Washington DC, el ganador consigue todos los votos electorales para ese estado. Maine y Nebraska asignan a sus electores utilizando un sistema proporcional.
Un candidato necesita el voto de al menos 270 electores (más de la mitad del total) para ganar la elección presidencial.
En la mayoría de los casos, es posible proyectar a un posible ganador la misma noche de las elecciones de noviembre, al terminar el conteo de la votación popular ciudadana. Sin embargo, la votación del Colegio Electoral, tiene lugar a mediados de diciembre cuando los electores se reúnen en sus estados.
Debido a este método, es posible que un candidato gane en votos nominales, pero pierda las elecciones, situación que se dió en 2016, en 2000 y en el siglo XIX.
En 2016 Hillary Clinton superó en votos a Trump, pero el sistema lo benefició en el Colegio Electoral. Otro tanto se dio en la reñida elección de 2000, cuando Al Gore también obtuvo mas votos, pero menos escaños al Colegio. Así llegó a la presidencia George W. Bush.
La duda se revelará en breve…
Fuentes: