El drama de los abusos de niños, niñas y adolescentes es una llaga para sociedad en general y para la Iglesia, la cual vive momentos de cambios para afrontar una realidad que duele.
Ciudad Nueva dialogó con el sacerdote y psicólogo Osvaldo De Piero sobre este proceso que está afrontando la Iglesia, en la que el mismo Papa Francisco exige tolerancia cero con los abusadores.
La necesidad de empoderar a las víctimas, escuchándolas en profundidad y dándoles la posibilidad de recuperar la confianza y sanar una herida difícil de cerrar, sumado a los desafíos que hay en el presente para fortalecer la prevención y la protección de niños, niñas y adolescentes.
Reevangelizarnos, cómo nos dice Osvaldo. Un ancestral drama invisibilizado que es parte de la cultura en todo aquello que es abuso de poder, el clericalismo en la Iglesia. El Papa Francisco lo definió como el origen del problema.
Su visibilización tambien en nuestra Obra ha generado una crisis en la cual asumir nuestra fragilidad humana, aceptar su interpelación al posible o naturalizado ‘status quo’ y la oportunidad de purificarnos en el amor recíproco aprendiendo a discernir en nuestras prácticas cotidianas la justicia y la misericordia, es nuestro desafío como laicos. Y ante la propuesta de que todos somos dícipulos misioneros en salida, a definir juntos en la Asamblea Eclesial de America Latina y el Caribe, sabemos que no basta el anuncio y la denuncia, es necesario según las realidades y posibilidades, una oferta concreta de creación o de transformación. No es hacer mejor lo que hacíamos, en éste cambio epocal
Tenemos un patrimonio espiritual que nos permitirá transformar esta rpofunda crisis en oportunidad para mostrar más la belleza de nuestra Iglesia Obra Humanidad, abrazando al mundo. Sin ser de él