Es la iniciativa de un artista mexicano que ha podido fundir más de 1.500 pistolas, para transformarlas en herramientas al servicio del medio ambiente.
Culiacán es la ciudad con la tasa más alta de muertes provocadas por armas de fuego en México. Muchas personas conocen las consecuencias devastadoras de las armas. Es por eso que el activista mexicano, Pedro Reyes, puso manos a la obra. Con la ayuda de una campaña organizada por el gobierno de la ciudad de Culiacán, Reyes recolectó 1.527 pistolas de civiles que se fundieron para crear palas que, a su vez, se utilizaron para plantar árboles en áreas urbanas afectadas por la violencia.
Las palas se han utilizado para plantar árboles también en la Ciudad de México, Vancouver y San Francisco en honor a las personas locales asesinadas por armas de fuego.
Reyes es además un artista que le gusta enfocarse en los fracasos de la cultura moderna desde una perspectiva positiva. Considera que el fracaso no otra cosa que el resultado conseguido desde una cierta perspectiva. Con respecto a las armas, sintió que algo positivo podría transformarse de sus materiales y, por lo tanto, comenzó una campaña pidiendo a los residentes que entregaran sus armas a cambio de un cupón que podrían usar para comprar aparatos electrónicos o electrodomésticos.
En el mango de cada pala de pala hay una descripción que muestra cómo el arma ahora se ha convertido en un instrumento pacífico. Una pala, como una pistola, puede usarse con un propósito productivo o con odio. Pero gracias a un cambio de perspectiva, podemos transformar aquello que hace daño en algo que nos beneficia a todos.