Es el lema de la Jornada de oración y reflexión contra la trata de personas que se celebra hoy.
La Iglesia celebra hoy, fiesta de santa Josefina Bakhita, la Jornada de oración y reflexión contra la trata de personas, por este motivo el papa Francisco en sus palabras luego de la catequesis se refirió a esta Jornada, que este año está dedicada en particular a los niños y a los adolescentes y animó a todos los que de diferentes maneras ayudan a los menores esclavizados y abusados a liberarse de esa opresión.
“Deseo que cuantos tienen responsabilidades de gobierno combatan con decisión –subrayó el Papa– esta plaga, dando voz a nuestros hermanos más pequeños, humillados en su dignidad. Es necesario hacer todos los esfuerzos posibles para acabar con este crimen vergonzoso e intolerable”.
Francisco recordó que la Jornada se celebra hoy porque es la conmemoración de santa Josefina Bakhita –enseñando un folleto con la foto de la santa–. “Esta muchacha, dijo, esclavizada en África, explotada, humillada, no perdió la esperanza y siguió su fe, acabando por llegar como migrante a Europa. Y aquí sintió la llamada del Señor y se hizo monja. ¡Recemos a santa Josefina Bakhita por todos los migrantes, los refugiados, los explotados que sufren tanto, tanto!”.
“Y hablando de migrantes expulsados, explotados quisiera rezar hoy con ustedes, de forma especial por nuestros hermanos y hermanas Rohinya: expulsados de Myanmar, vagan de un sitio a otro porque no los quieren. Son gente buena, gente pacífica. No son cristianos, son buenos, ¡son nuestros hermanos y hermanas! –exclamó el pontífice–. Hace tantos años que sufren. Fueron torturados, asesinados, sencillamente porque siguen sus tradiciones, su fe musulmana. Recemos por ellos. Los invito a rezar por ellos a nuestro Padre que está en los cielos, todos juntos, por nuestros hermanos y hermanas Rohinya”.
Después de rezar con los presentes un padrenuestro, el Papa invocó de nuevo a santa Josefina Bakhita, pidiendo que rezase por todos nosotros y dedicando a la santa un gran aplauso.
Santa Josefina Bakhita, virgen
Nació en 1869 en Sudán. Tenía siete años cuando fue raptada por negreros árabes que la vendieron en los mercados de esclavos. Experimentó las humillaciones y los sufrimientos físicos y morales de la esclavitud, pasando de mano en mano cinco veces por varios dueños que la sometieron a crueldades y malos tratos. En Jartum la compró el cónsul italiano que la llevó a Génova. En 1888 fue confiada al cuidado de las religiosas canossianas que la prepararon para el bautismo y en cuya congregación ingresó finalmente. Tras 50 años de vida ejemplar murió perdonando a los negreros el 8 de febrero de 1947. Fue beatificada por Juan Pablo II el 17 de marzo de 1992, quien también la canonizó el 1º de octubre de 2000.
Fuente: AICA
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