Luego de 93 prolíficos años, nos deja decenas de capítulos protagonizado por este original policía: calentón, astuto, suspicaz y mordaz en sus sentencias.
La cultura italiana registra una ausencia. La del escritor y poeta siciliano Andrea Camilleri, el padre del comisario de policía Salvo Montalbano, falleció a los 93 años. El apellido del investigador, situado en Vigata, una imaginaria ciudad de la hermosa costa de Sicilia, es un homenaje al amigo personal, el escritor español Manuel Vázquez Montalbán, autor a su vez de otro investigador, Pepe Carvalho.
Camilleri ha sido un autor prolífico de cientos de cuentos cortos, los casos que el comisario Montalbano afronta, padece, resuelve y a veces acepta con su dosis de pragmatismo. Es un hombre calentón y suspicaz, pero dotado de sentido del humor. Un servidor de la justicia, pero que sabe diferenciar lo legal de lo justo y, de ser el caso, está dispuesto a forzar la ley cuando aplicarla significaría avalar un atropello al sentido común. Es expresión de una visión itálica de la defensa de la honestidad y la moral, que nunca puede perder su costado humano. En este sentido, permite que también la literatura peninsular pueda disfrutar de buenas novelas policíacas. No funcionaría en Italia un relato al estilo norteamericano. No hay FBI, no hay súper policías hábiles conductores de autos, motos y hasta helicópteros. Así como no se casa con la cultura mediterránea ni un Hercules Poirot ni un Sherlok Holmes. Sin embargo, es creíble este comisario que entremezcla el dialecto con la lengua patria, que busca consuelo en la seductora cocina siciliana, que se enoja con sus sagaces y fieles subalternos, que se desespera para entender el lenguaje indescifrable del humilde y semianalfabeto agente Catarella (quien cree que personas así en el sur de Italia no existan se equivoca), que juega con la terrible mafia como gato con ratón, prudente y atento. Camilleri sabe perfectamente lo que representa esa poderosa organización criminal, omnipresente en cada tragedia histórica de Italia, pero agudamente la ignora, la menciona al pasar, las investigaciones nunca son abiertamente contra ella aunque se sabe que ella está. Sabe también que sin una decisión radical y política de eliminarla, la vida de su héroe duraría minutos, por lo que opta por neutralizarla transversalmente.
Sus novelas han sido traducidas en más de 40 idiomas. La RAI, ente televisivo italiano, le ha dedicado varias series, incluso una dedicada a la carrera inicial de Montalbano, encontrando en buenos actores la forma adecuada al personaje literario. Las series han aparecido en los canales Film&Arts y también Europa Europa, amén de otros canales de aire. Queda el aporte de este autor que, un poco como Miguel Ángel con sus “prigioni”, ha liberado de las palabras personajes que componen una humanidad rica, en busca de la justicia y de un mundo mejor, entre un buen vino blanco y una buena pasta con berenjenas.