Saludo porteño

Saludo porteño

El pasado domingo 2, don Horacio Molina, había soplado sus 83 septiembres. Porteño de ley, fue un as de la canción.

Descolló en los géneros que abrazó: tango, bolero, folklore, jazz y bossa nova.

Un monstruo del fraseo, la armonía. Utilizaba pocas notas, para resaltar la letra y su cadencia. Por eso logró unir el bolero con el tango, siendo uno de los máximos exponentes, de la belleza del tango canción.

¿Hubo más? Claro que sí. Le dio sus primos pasos en la guitarra a Sandra Mihanovich, además de contagiarle la pasión por el arte a sus hijas Juana e Inés.

Horacio Molina fue exquisito a la hora de elegir su repertorio musical, por eso abrazó la música brasileña, y descolló en la corta e intensa existencia de la Fusa, en Uruguay y Argentina, compartiendo escenario con Vinicius, Toquinho y María Creuza entre otros.

Pero además fue un tipo generoso. Por eso mismo, cuando escuchó tocar a dos jóvenes en Punta del Este, allá por 1968, se acercó y les dijo, tocan muy bien. Si les interesa, puedo contactarlos con una discográfica.

Así nació el disco Yo vivo en esta ciudad de Pedro y Pablo y por esa razón fue designado padrino del mítico dúo.
Se nos fue el 11 de septiembre, justo el día del maestro.

Nota: En Spotify puede encontrarse su repertorio.

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