Saludo porteño

Saludo porteño

El sábado 23 de mayo de 1936 se inauguraba un monumento que devendría en el ícono de la porteñidad: el Obelisco de Buenos Aires.

Emplazado en Corrientes y 9 de Julio, se pensó como un homenaje a la Nación, a 400 años de la primera fundación de la ciudad. El monumento fue diseñado por el arquitecto modernista Alberto Prebisch.

Su construcción se realizó en sesenta días, todo un récord. La obra fue el preludio de la construcción de la avenida 9 de Julio.

No todas fueron rosas, porque hubo gran resistencia entre la población. De hecho en 1939, el concejo deliberante sancionó su demolición pero la ordenanza fue vetada por el intendente de aquel entonces.

Esta mole de cemento es el símbolo por excelencia de la ciudad, pese a ciertos moralistas vetustos, lo tildan de fálico.

No es el caso de otro ser a quien homenajeamos en este espacio, un porteño patagónico, llamado Gustavo Díaz, Loco de la música y la educación. Otro que es hijo de un puerto…

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