En su intención de oración para el mes de mayo 2021, el Papa Francisco pide que “las finanzas sean instrumentos de servicio, instrumentos para servir a la gente y cuidar la casa común” y reza para que los responsables del mundo financiero protejan a los más necesitados.
El pontífice expresa su preocupación porque, cuando las finanzas no están reguladas, se convierten en un mecanismo de especulación que excluye a las personas y no las protege. Por eso, en medio de muchas economías en crisis y tanta gente sin trabajo, invita a rezar “para que los responsables del mundo financiero colaboren con los gobiernos, a fin de regular los mercados financieros para proteger a los ciudadanos de su peligro”.
A poco más de un año de que se iniciara la pandemia mundial del COVID-19, se vislumbran toda clase de consecuencias globales, de las que no se pueden excluir ni las económicas, y menos las financieras. El Producto Interno Bruto (PIB) mundial, sufrió en 2020 su caída más pronunciada desde el final de la Segunda Guerra Mundial. La recuperación durante 2021 es incierta y se observa una desigualdad preocupante: “muchos de nuestros hermanos y hermanas en la familia humana, especialmente los que están en los márgenes de la sociedad, están efectivamente excluidos del mundo financiero”.
El papa subraya que “es hora de reconocer que los mercados no se gobiernan a sí mismos. Los mercados deben estar respaldados por leyes y reglamentos que garanticen su funcionamiento para que garanticen que las finanzas funcionen para los objetivos sociales tan necesarios en el contexto de la actual emergencia sanitaria mundial”.
Economía al servicio de la vida
Ya en la encíclica Laudato si’, Francisco había adelantado que la política y la economía, en diálogo, debían estar al servicio de la vida humana. El papa indica que si las finanzas no están reguladas, se convierten en pura especulación animada por algunas políticas monetarias: “Esta situación es insostenible. Es peligrosa. Para evitar que los pobres vuelvan a pagar consecuencias hay que regular estrictamente la especulación financiera”.
La encíclica Fratelli Tutti señala: “La libertad de mercado, la pura especulación no pueden resolver este tipo de problemas ya que no contemplan las inequidades del tejido social. Es por ello que es responsabilidad de los gobiernos y sus modelos financieros rehabilitar una sana política que no esté sometida al dictado de las finanzas y que lleven la dignidad humana al centro para construir las estructuras sociales alternativas que necesitamos”.