Cuando se trata de reciprocidad y solidaridad intergeneracional

Cuando se trata de reciprocidad y solidaridad intergeneracional

¿Qué nuevas preguntas nos plantea esta pandemia respecto a la reciprocidad en el Principio de Solidaridad Intergeneracional?

por Alejandra Vásquez y Pablo Villoch

La paradoja generacional de corona virus y emergencia climática nos entrega lecciones importantes. Hoy en día vemos cómo las generaciones jóvenes se quedan en casa por solidaridad con las generaciones mayores cuya vida corre peligro en caso de infección. Es una respuesta lógica. Es una respuesta humana. Sin embargo en estos últimos treinta años, nos encontramos en una situación de emergencia climática, con suficiente evidencia científica que señala la situación de alarma. Llegó el momento de activar nuestra cooperación intergeneracional, en que los adultos ejercemos nuestra ciudadanía apelando a los gobiernos a que hagan valer el interés colectivo por sobre el individual.

El Informe Brundtland (1987) define el desarrollo sostenible como aquel que trata de satisfacer las necesidades de la actual generación, sin poner en riesgo la satisfacción de las mismas a las generaciones futuras. En 1992 en la Cumbre de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo se formulan 27 principios básicos sobre el desarrollo sostenible.

En dicha definición subyace un principio de solidaridad y equidad intergeneracional, entendiendo que las futuras generaciones tienen el derecho a una herencia adecuada que les permita un nivel de vida no menor al de la generación actual (Heywood & Watson 1995). La equidad intergeneracional puede entenderse como la responsabilidad de cada generación de dejar a las nuevas generaciones una herencia de riquezas que no sea menos que lo que ellas mismas heredaron. Por tanto, la generación actual tiene la responsabilidad de administrar el cuidado de los recursos naturales para las nuevas generaciones.

En la actualidad nos vemos expuestos a un cambio climático abrupto, donde la liberación de gases de efecto invernadero, particularmente CO2, entre otros, a la atmósfera, nos coloca en una situación de crisis climática frente a la cual es necesaria una reducción per cápita sin precedentes de CO2, en particular de la emisión de estos gases por parte de países desarrollados. 

Desde marzo de este año 2020, millones de personas en todo el planeta nos encontramos -en forma obligatoria o voluntaria- dentro de casa debido a la crisis sanitaria provocada por el COVID-19, para evitar el contagio y prevenir el colapso de los sistemas de salud.

Dado que este virus afecta de modo más grave a mayores de 60 años, esta crisis sanitaria nos está haciendo experimentar en carne propia el principio de la solidaridad intergeneracional. Las generaciones más jóvenes, que corren menor riesgo, han demostrado que están dispuestas a renunciar a su “libertad de salir”, y en general, a modificar radicalmente su estilo de vida, con el fin de proteger la vida de las generaciones de mayor edad.

Nace entonces una pregunta espontánea: ¿Por qué tarda en activarse la misma solidaridad intergeneracional conociendo la emergencia climática que está mermando con los recursos naturales para las generaciones futuras? o más directamente, ¿Por qué nuestra generación está dispuesta a renunciar a su estilo de vida para salvar a nuestros abuelos de la pandemia, pero no lo hacía para salvar a nuestros hijos o nietos frente a la amenaza contundente del cambio climático?

Últimos estudios sobre reciprocidad y generosidad (Delton, et al 2011) mencionan que el comportamiento humano en todas las culturas conocidas está densamente interrelacionado por redes de reciprocidad o intercambio (para usar los términos de biólogos y economistas, respectivamente).  En las últimas dos décadas hay evidencia experimental y neurocientífica que respalda la hipótesis de que el modo en que tomamos decisiones se manifiesta por una especialización cognitiva y motivacional, los seres humanos castigamos a aquellos que no cooperan y generamos un sentimiento punitivo hacia los no cooperadores. 

Una de las respuesta que podemos dar es debida a nuestro sesgo cognitivo, nuestra “miopía cortoplacista” de mirar en menos el daño futuro que estamos haciendo hoy a las nuevas y futuras generaciones del largo plazo.

Este sesgo cognitivo es llamado descuento hiperbólico, que en los últimos años, psicólogos, economistas y neurocientíficos han descrito como el comportamiento humano que nos lleva a tomar decisiones hoy como si el futuro fuera lejano o no existiera. En los estudios de la neurociencia (McClure et al 2004) descubrieron que en nuestro cerebro hay dos sistemas separados que están involucrados en tales decisiones, las partes del sistema límbico están asociadas a obtener recompensas disponibles en modo inmediato, activando un comportamiento de tipo impulsivo que se resume en la frase: “Más vale pájaro en mano que ciento (o cien) volando”. En contraste, existen regiones de la corteza prefrontal y parietal posterior que están unidas y nos llevan a tomar elecciones intertemporales, independientemente de la demora. 

Apelemos a nuestra capacidad innata de seres cooperadores. Ha sido la colaboración a múltiples escalas lo que nos ha permitido evolucionar como especie. Llegó el momento de fortalecer nuestras elecciones presentes, creando conexiones neuronales y afectivas de largo plazo, que se manifiesten en la incorporación de hábitos sostenibles que transformen nuestros sistemas de producción y consumo, mecanismos que contribuyan a crear desde hoy un bienestar para las generaciones futuras. 

Bibliografía  

  • Delton AW, Krasnow MM, Cosmides L, Tooby J (2011) Evolution of direct reciprocity under uncertainty can explain human generosity in one-shot encounters. Proc Natl Acad Sci USA 108(32):13335–13340
  • Hardin G (1968) The tragedy of the commons. Science 162:1243–1248              
  • Heywood, V. H., & Watson, R. T. (1995). Global biodiversity assessment (Vol. 1140). Cambridge: Cambridge university press.
  • McClure, S. M., Laibson, D. I., Loewenstein, G., & Cohen, J. D. (2004). Separate neural systems value immediate and delayed monetary rewards. Science, 306(5695), 503-507.
  • Nowak, M., & Highfield, R. (2011). Supercooperators: Altruism, evolution, and why we need each other to succeed. Simon and Schuster.
  • https://www.sosteniblepedia.org/index.php?title=Equidad_intergeneracional

Fuente: Diario Sustentable

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