El jueves 19 de abril de 1945, nacía en Galípoli, en el taco de la península itálica Piero Antonio Franco de Benedictis, acriollado desde joven en nuestros pagos, conocido como Piero. La familia de Benedictis se mudó en 1948 a la Argentina. Vivió en Allén, provincia de Río Negro, donde su viejo tenía un negocio de radio y tocadiscos. Allí cursó sus estudios y luego tuvo su etapa de seminarista, que luego cambió para dedicarse de lleno a la música, a mediados de los 60’.
A partir de su educación como seminarista, desarrolló tanto su vocación musical como su sensibilidad social. La influencia de sacerdotes comprometidos con las causas sociales como Alejandro Mayol marcarían su posterior desarrollo. Una grabación musical hecha en el Seminario fue enviada por un sacerdote al Canal 9 de televisión, y fue allí, justamente donde Piero debutó en varios programas de televisión en 1964, cantando canciones melódicas italianas, como «Giovane, Giovane». En 1965 grabó los sencillos “El cachivache” y “Rosa, Rosita” (temas en boga de Roberto Carlos).
Así describe el humor divino, a través de una sabia y querible abuela:
Piero decidió replantear su carrera musical y retirarse durante tres años para estudiar música y dedicarse a componer, tratando de encontrar su propia identidad y un sentido más profundo a sus canciones.
En 1968 conoció al escritor José Tcherkaski, con quien integraron una fórmula creativa que les permitió componer buena parte de los grandes éxitos de Piero. Durante casi tres décadas trabajaron juntos. Sus primeros temas fueron ‘Si vos te vas’ y «Mi viejo», fue este último título el que lo consagró nacional e internacionalmente.
Posteriormente vinieron otras grandes composiciones como «No te vayas por favor» y «Tengo la piel cansada de la tarde». En 1969 Piero obtiene el Primer Premio en el Tercer Festival de la Canción de Buenos Aires con el tema «Cómo somos».
En 1972 lanzó el disco “Coplas de mi país” y en 1973 “Para el pueblo lo que es del pueblo”; propuestas con las que Piero intentaba dar cuenta de la realidad de su país, marcado por la violencia de Estado, la persecución política y las dictaduras militares. Temas como “Que se vayan ellos”, “Los americanos” y “Las cosas que pasan” se convirtieron en himnos de las luchas sociales.
Entre 1975 y 1976 se incrementaron los hostigamientos contra Piero; todas las matrices de sus discos fueron quemadas y empezó a ser prohibido. Esta realidad lo obligó a incursionar en otros géneros musicales y a producir dos discos diferentes. “Folclore a mi manera” en él rescata las raíces musicales del sur del continente y rompe con los esquemas musicales vigentes, al fusionar ritmos como el rock y el tango con el folclore tradicional.
Con el álbum La Sinfonía Inconclusa en la Mar (1975), Piero retoma las composiciones del sacerdote Alejandro Mayol, incluyendo un tema de su propia autoría («La Sinfonía inconclusa en La mar») y lanza el que sería el disco más vendido a lo largo de toda su carrera musical. Los arreglos musicales fueron hechos por Oscar Cardozo Ocampo y la primera carátula del álbum fue diseñada por el artista plástico Carlos Nine.
Por este álbum, Piero fue nominado en la edición número doce de los Premios Grammy Latino (en 2011), en la categoría «mejor álbum de música latina para niños».
Exilio
En 1976 debe exiliarse de Argentina cuando el terrorismo de Estado intentó secuestrarlo en Buenos Aires. Piero se radicó en Madrid, dónde retomó su actividad musical y empezó a traducir varias canciones italianas, con las que completaría su nuevo disco: ¿Y mi gente dónde va?, tema que había compuesto antes de salir para el exilio. Entre esos nuevos temas, se destacan “La caza del bisonte”, “Dos horas de polvo” y “Fábulas de mar”; temas escritos por Oscar Prudente e Ivano Fossati.
El regreso
En 1981, cuando se anunciaba el ocaso de la dictadura militar en Argentina, Piero, junto a otros artistas, se propone volver, y hace una escala previa en Uruguay. Varios músicos con los cuales Piero había hecho contacto en España, también regresaron a Argentina, y con ellos empezó a dar forma a la creación de su banda “Prema”, que estuvo integrada por destacados músico, como el pianista Babu Cerviño, Alejandro Lerner, o el Mono Izarrualde.
Acompañado por el poeta José Tcherkaski, en 1985 realizó una gira por Latinoamérica, y participó de conciertos a beneficio de las víctimas de la tragedia colombiana de Armero.
En 1995 se abocó a la edición de un disco doble dedicado a los derechos de los niños. Participaron en el emprendimiento figuras internacionales como David Gilmour, Annie Lennox y Joaquín Sabina, junto a León Gieco, Jairo,y Miguel Cantilo. El proyecto fue declarado de interés nacional y las regalías fueron donadas a UNICEF.
Piero, mi querido Piero
En 2017 se lanza la biografía autorizada “Piero, mi querido Piero” escrita por la periodista colombiana Mauren Maya Sierra. El libro propone un amplio recorrido por la historia personal del artista, a la vez que rescata la memoria del continente americano, rindiendo homenaje a importantes luchadores y defensores de los derechos humanos, artistas, intelectuales y políticos que marcaron la vida de Piero.
Nos vamos con el reconocimiento a tamaño artista, que en nuestra opinión, cuenta con la aprobación del público más exigente, los chicos. Prueba de ello, es el álbum La sinfonía inconclusa en la mar, que sin saberlo, muchos de nosotros hemos canturreado alguna vez, y el solo hecho de escucharlo emociona.
¡Feliz cumple Piero!