“Pensar en la muerte salva de la ilusión de ser dueños del tiempo”

“Pensar en la muerte salva de la ilusión de ser dueños del tiempo”

Lo dijo el papa Francisco en su homilía en la misa de este jueves, que concelebró junto a la cúpula del Episcopado Argentino.

El presidente de la CEA y obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, el vicepresidente primero y arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, el vicepresidente segundo y obispo de La Rioja, Marcelo Colombo, y el secretario general y obispo de Chascomús, Carlos Malfa, concelebraron desde la primera fila de la pequeña capilla de la Casa de Santa Marta.

En su homilía, el Santo Padre afrontó el pensamiento de la muerte que nos salva –dijo– de la ilusión de ser dueños del tiempo. “La muerte es un hecho, la muerte es una herencia –subrayó Francisco– y la muerte es una memoria”.

“Nosotros no somos ni eternos ni efímeros: somos hombres y mujeres en camino en el tiempo, tiempo que comienza y tiempo que termina”. Inspirándose en el pasaje del Primer Libro de los Reyes, que aborda el tema de la muerte de David, el papa Francisco invitó a la asamblea a “rezar y pedir la gracia del sentido del tiempo” para no permanecer “encarcelados” por el momento presente, “encerrados en sí mismos”. “La muerte es un hecho que atañe a todos –recordó el Pontífice– y dijo que “antes o después llega”.

“Pero está la tentación del momento que se adueña de la vida y te lleva a ir girando en este laberinto egoísta del momento sin futuro, siempre ida y vuelta, ida y vuelta, ¿no? Y el camino termina en la muerte, todos lo sabemos. Por esta razón la Iglesia siempre ha tratado de hacer reflexionar sobre este fin nuestro: la muerte, ¿no?”.

“Yo no soy el dueño del tiempo, repetir esto ayuda” –recomendó el Santo Padre– porque “nos salva de esa ilusión del momento, de tomar la vida como una cadena de eslabones de momentos, que no tiene sentido”. “Yo estoy en camino y debo mirar hacia adelante”, pero también –explicó el Papa– debo considerar que “la muerte es una herencia”, no la herencia material, sino la herencia del testimonio.

“Y preguntarnos ¿cuál herencia si Dios me llamará hoy? ¿Qué herencia dejaré yo como testimonio de vida? Es una linda pregunta para hacernos. Y así, prepararnos porque todos nosotros, ninguno de nosotros, permanecerá ‘como una reliquia’. No, todos iremos por ese camino”.

Por último, el Papa invitó a meditar acerca de la muerte como “memoria”, una “memoria anticipada”:

“Cuando muera, ¿qué me habría gustado hacer hoy en esta decisión que yo debo tomar hoy, en el modo de vivir de hoy? Es una memoria anticipada que ilumina el momento de hoy. Iluminar con el hecho de la muerte las decisiones que yo debo tomar cada día”.

El Papa concluyó su homilía invitando a sentirnos en camino hacia la muerte, algo que “nos hará bien a todos”.

Fuente: www.vaticannews.va

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