Pasar las fiestas en servicio – En el momento en que la inmensa mayoría de la sociedad está reunida en familia y con amigos para celebrar la Navidad y el Año Nuevo, son muchos los que están trabajando, lejos de sus seres queridos. El testimonio de un hombre, enfermero y bombero.
El reloj marca las 0 horas y las copas están levantadas. Las mesas, decoradas con elegantes manteles y robustecidas de comidas deliciosas, reúnen a familias y amigos. Navidad y Año Nuevo, los eventos que la jerga popular categorizó como “Fiestas”, transmiten la sensación de que absolutamente todo el mundo está en la misma situación. En una situación de fiesta.
Pero es apenas una sensación. Mientras esas reuniones sociales siguen su curso, hay muchos invitados que no pudieron asistir. Son los que tuvieron que trabajar. Los que, mientras duran los festejos, debieron cumplir horario laboral y les toca hacer guardia. Ellos festejan, pero de otra manera. En pleno trajín de trabajo, en medio de idas y vueltas, pedidos y obligaciones.
Sebastián Álvarez sabe de qué se trata todo eso. Hace 19 años que es enfermero y 25 que es bombero. Dos profesiones que no pueden detener su funcionamiento ni siquiera durante las Fiestas, por lo que ya tiene bastante experiencia en celebrarlas prestando servicio, ya sea en el hospital o en el cuartel.
Por lo general, explica Sebastián, pasa una Fiesta trabajando y otra con la familia. A fin de diciembre sabe que alguna de las dos lo tendrá ejerciendo funciones. Estará lejos de la familia, es cierto, pero será una oportunidad más de brindar junto con compañeros de trabajo. Son ellos los que, mientras familia y amigos se reúnen, velan por el resto.
–Mientras nosotros estamos reunidos, vos y tus compañeros nos están cuidando. ¿Sentís eso?
–Sí, estamos cuidándolos, es así. Pero uno lo hace porque le gusta, porque lo siente, porque es una elección. No nos detenemos demasiado en creernos los superhéroes porque es el laburo que hemos elegido, y lo hacemos de la mejor manera posible.
–¿Te sentís algo cansado de seguir celebrando las Fiestas mientras trabajás?
–No siempre me ha tocado hacerlo, pero cuando me toca, lo que me molesta no es el cansancio sino el hecho de no estar con mi familia.
–¿Y cómo es estar en el hospital y que el reloj marque Año Nuevo? ¿Te parás a festejarlo, llamás a tu familia o simplemente seguís trabajando?
–Las Fiestas se organizan con los compañeros que están trabajando. En el hospital hay un momento en el cual nos reunimos con todo el personal médico para festejar. Armamos una mesa grande y recibimos todos juntos el Año Nuevo. Eso en caso de que sea posible. Si no se puede, porque quizá hay mucho movimiento, lo que se hace es festejar por sectores. Se arman pequeñas mesas donde nos juntamos los que estamos en el servicio. Y si la cosa se complica porque hay demasiado trabajo, festejamos en algún momento en que podamos descansar o parar algunos minutos. He vivido situaciones en las que recién pude celebrar a las dos o tres de la mañana, porque a la guardia no paraba de llegar gente por diferentes situaciones. En tanto a nuestros familiares sí, les escribimos o hacemos videollamadas.
–Eso como enfermero. ¿Y como bombero?
–También. Me ha tocado estar de guardia y siempre estamos atentos por si llega a pasar algún evento de incendio. Si no nos encontramos en el cuartel, igualmente estamos en nuestras casas con las radios y los handies esperando por si sucede algo. En lo posible tratamos de celebrar las Fiestas ahí, pero nos ha pasado que quince minutos antes de las 12 de la noche nos llaman de un incendio, tenemos que salir a apagarlo y terminamos festejando con gente de ese lugar a donde fuimos.
–¿Qué es lo que más te gusta de tus dos profesiones?
–Como enfermero, lo que me gusta es poder ayudar a la gente cuando se encuentra en un estado de total vulnerabilidad. Porque estar internado significa estar vulnerable a un montón de cosas, y es muy gratificante poder ser aliviador del dolor, de la pena o de la angustia por la cual el paciente está internado. El paciente se ve alejado de su entorno familiar y social, y el único nexo que tiene cuando se encuentra solo o internado somos nosotros, el personal médico. Somos su cable a tierra, y los pacientes nos expresan sus emociones, sus miedos y preocupaciones.
Como bombero pasa algo similar y tiene que ver con ayudar al otro. Ser bombero es una profesión que no abarca solamente al ser humano sino también a sus bienes materiales. Significa ayudar a la gente a recuperarlos durante una inundación, o tratando de evitar que un incendio se siga propagando por el hogar y casas aledañas. Ser bombero es eso, salvaguardar la vida de las personas y de cualquier ser viviente.
–¿Qué es lo más difícil de pasar las Fiestas trabajando?
–Lo más difícil es estar un poco alejado de la familia. Quizá los hijos mayores lo entienden, pero los más pequeños necesitan la presencia del padre o la madre. Pero por lo general la familia apoya bastante lo que uno hace. Al menos es lo que hacen conmigo. Sin su apoyo sería imposible llevar mis profesiones a cabo.
Artículo publicado en la edición Nº 637 de la revista Ciudad Nueva.