A partir de 2021, desde Central Park hasta el sur de Manhattan se cobrarán más de diez dólares. Lo recaudado será invertido en el sistema de trenes metropolitanos y de cercanía.
A partir de enero de 2021, si no habrá frenos en el Legislativo neoyorkino, circular en auto desde el Central Park hasta el sur de la península de Manhattan va a ser caro, pues se colocarán peajes electrónicos que podrán cobrar desde 10 hasta 25 dólares en el caso de camionetas. El objetivo es triple: por un lado, reducir la congestión de tránsito que afecta a la ciudad más poblada de los Estados Unidos a la vez que se quiere reducir la polución ambiental, mejorando la calidad del aire que se respira y, finalmente, financiar con esos ingresos el sistema público de trenes metropolitanos y de cercanía que sufre desde hace años una importante falta de inversiones.
En efecto, se estima que se podrá llegar a recaudar anualmente unos 1.000 millones de dólares, que podría financiar la modernización de la metro neoyorkina. La necesidad de potenciar el transporte público es reclamada por la ciudadanía, puesto que el centro de la Gran Manzana se ve congestionado al punto que ir caminando es más rápido que ir en auto. Se piensa aplicar un sistema de cobro que tendrá momentos pico en los que se incrementa el precio del peaje para desalentar el uso del transporte privado.
La aplicación de un peaje es una idea que analizó el anterior alcalde de New York, pero que fue rechazada en ese momento por la ciudadanía. Sin embargo, se hace necesario para las autoridades intervenir ante el problema que ha empeorado por el incremento del parque automotor de los habitantes de la ciudad.
Otras grandes urbes norteamericanas están estudiando aplicar un sistema similar. Es el caso de Boston, Seattle, Los Ángeles y San Francisco.
La iniciativa ha abierto un debate en el país, que contempla varias aristas. El hecho de que los residentes en los centros no serán alcanzados por tales medidas, si será suficiente lo recaudado para modernizar el transporte público, si esto no afectará al comercio. Pero es sin duda una medida que tiene como objetivo tomar conciencia del elevado nivel alcanzado por el transporte privado, responsable de gran parte de la contaminación.