El martes 11 de septiembre de 1888 culminaba la vida de Domingo Faustino Sarmiento. Hombre de acción, polemista y pensador multifacético. Promovió la educación como desafío, pero no por un mero interés de acercamiento de la población al conocimiento, sino como una cuestión práctica y concreta.
Durante su viaje a los Estados Unidos le indicaba a Augusto Krausse en Chivilcoy que debía poner a funcionar una biblioteca y enseñarle a leer a la gente. Su objetivo era enviar folletos de la maquinaria agrícola que producían en el norte, para que aprovecharan los adelantos, un ejemplo concreto de su visión, uniendo educación con industria y agro.
Además, al inquieto Sarmiento le debemos el malbec, cepa emblemática de la Argentina, porque Domingo contrató al agrónomo Michel Pouget para llevar adelante la Quinta Agronómica de Mendoza. Brindamos en su honor: salud!