En el marco de la visita ad límina apostolorum del tercer grupo de obispos argentinos, el domingo 12 de mayo fueron entronizadas las reliquias de los beatos riojanos en la sede de la iglesia argentina en Roma.
En el marco de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, domingo del Buen Pastor, los obispos argentinos del tercer grupo comenzaron la visita ad límina apostolorum.
Durante la misa de inicio de esta importante misión pastoral que acrecienta los lazos de comunión con el Santo Padre y fortalece el camino misionero de la iglesia en la Argentina, monseñor Dante Braida, obispo de La Rioja, juntamente con todos los pastores, entronizaron las reliquias de los beatos riojanos, monseñor Enrique Angelelli, sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, y el laico Wenceslao Pedernera.
El relicario se ubica a pocos metros del altar mayor en Nuestra Señora de los Dolores, sede de la iglesia argentina en Roma, donde monseñor Carlos Sánchez, arzobispo de Tucumán, presidió la Eucaristía, concelebrada por todos los obispos de este tercer grupo.
Monseñor Braida, de manera muy especial, compartió: “Monseñor Angelelli, obispo de La Rioja; su vida, su formación ha tenido mucho que ver con esta ciudad en su época de estudiante, luego participando del Concilio Vaticano II, en sus visitas Ad límina, por lo que su testimonio de vida, su formación y amor a la Iglesia se ha ido fortaleciendo aquí, en esta ciudad”.
“Resulta, para mí muy significativo que sus reliquias hoy estén aquí. El día de la beatificación fueron muy fuertes las palabras que empleó el cardenal Becciu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y enviado especial del Santo Padre Francisco para presidir la Eucaristía por la que los entonces mártires riojanos recibieron el don de la beatificación, cuando expresó que monseñor Angelelli fue ‘mártir de los decretos conciliares’. Alguien que amó a la Iglesia, que abrazó el camino que iba recorriendo, que es también de renovación, de transformación, de servicio en este tiempo, y él manifestó que vivió profundamente como experiencia conciliar lo que luego llevó a la diócesis de La Rioja cuando le tocó asumir”, expresó.
“Ha vivido una época muy difícil, confusa para nuestra Patria, sin embargo allí lo entregó todo: su labor y su vida atraída por muchos. Por ello Wenceslao, Gabriel, Carlos y muchos otros querían participar de la vida de la Iglesia riojana junto a su pastor. A Dios gracias, gran cantidad de ellos viven, por lo que he podido escuchar testimonios de hermanos y hermanas que han acompañado la pastoral de monseñor Angelelli. Por eso traer aquí las reliquias es un compromiso para quienes estudian acá; para que puedan también darlo todo en la oración, maduración y así entregarlo todo en la Iglesia y en cada diócesis particular cuando regresen”, reconoció.
“Angelelli, con toda la ocupación que tenía, sin embargo ha podido ponerse al servicio de los más pequeños, de los últimos, caminando como hermano. A la vez, también tenía toda esa fuerza de conductor y de pastor que quiere y conduce a su pueblo”, concluyó.
Fuente: AICA