Con la mirada centrada en la persona, la Economía de Comunión trabaja con la vocación de unir otros proyectos que creen en una economía capaz de generar un mundo más justo y sostenible.
La Economía de Comunión es un movimiento cultural extendido por todo el mundo, organizado en formato de red. Su objetivo es construir sociedades más democráticas, igualitarias y sustentables a través de una profunda transformación cultural que se inicia dentro de las personas, convencidos de que los cambios más importantes comienzan con propósitos internos, que se expresan en actitudes innovadoras en nuestra vida diaria, transformando aquello que somos capaces de hacer ahora.
La redistribución de los ingresos comienza dentro de la casa, a través de una nueva relación con los bienes y con las personas. Se irradia en las comunidades en la forma que vemos y comprendemos el mundo. Es una forma de compartir la vida, los recursos, el trabajo, lo que tenemos y lo que somos. Esto genera una pequeña y cotidiana revolución cultural, silenciosa, una nueva forma de producir y de trabajar.
Nuevas empresas lideradas por nuevos sujetos consolidan esta nueva cultura. Empresarios y empresarias creen que los mejores negocios y los mejores resultados son aquellos construidos en un ambiente de colaboración genuina, en el cual todos son respetados, escuchados y considerados. Una economía basada en las personas produce mejores decisiones y variadas estrategias, porque cuenta con la mayor riqueza del mundo: las capacidades conjuntas de las personas puestas al servicio de generar ideas innovadoras de crecimiento y resolución de problemas cada vez más desafiantes.
Las empresas de EdC están comprometidas con la reducción de la pobreza a través del intercambio de recursos materiales e inmateriales y en los últimos 30 años han generado un impacto social positivo no solo en proyectos sociales a nivel local y nacional, sino también implementando una nueva cultura de gestión dentro de las empresas y en su entorno. Esta cultura de gestión, de hecho, tiene sus raíces en una nueva cultura social, que todos los integrantes de la Economía de Comunión asumen como propia y tiene condiciones para socavar las raíces de la desigualdad. La pobreza es un fenómeno multidimensional y requiere de un pensamiento y una actuación complejos. No basta con actuar sobre sus causas, necesitamos cambiar los paradigmas que lo alimentan.
La genuina aspiración es la mayor equidad social. Por eso, se realiza una continua experiencia de redistribución de ganancias, de forma libre y espontánea, porque nos reconocemos interconectados e interdependientes, miembros de una única comunidad global.
Al compartir las utilidades se hace posible la concreción de distintos proyectos con una misma naturaleza, el amor al prójimo. No son solo empresarios y empresarias que lo realizan, son miles de personas de las más variadas realidades y contextos, que se identifican con la propuesta de Economía de Comunión. Viviendo en la libre elección de compartir sus recursos económicos y sus capacidades personales lo hacen concreto en la medida de sus posibilidades. Una verdadera experiencia de redistribución global de recursos.
La EdC está presente en varias comunidades periféricas no solo en Latinoamérica sino en el mundo, con organizaciones aliadas que actúan comprometidas con la construcción de esta cultura, que llamamos cultura de comunión. Comunión es la capacidad de compartir todo lo que tenemos y lo que somos. El mundo no precisa de más dinero, sino de más personas motivadas a dar todo de sí mismas para que los recursos circulen y lleguen a todos, especialmente a los que no tienen voz.
La experiencia de estos 30 años llevó a comprender que en las necesidades de unos y las posibilidades de otros radica la verdadera vocación de una sociedad.
Esto ocurre todos los días, viviendo la cultura del dar que edifica en la reciprocidad, no haciendo más grande al que da sino más importante a quien recibe.
Los proyectos y experiencias cuentan esta historia y aunque parezcan pocos frente a la magnitud de los problemas mundiales, ya tuvimos evidencia de que las grandes revoluciones no resolvieron los problemas modernos. Por esta razón la Economía de Comunión propone una revolución que nace dentro de las personas y de a poco gana el mundo y las instituciones.
La EdC ha comprendido que es el momento de reparar la Casa de Todos, en la pobreza de todo el mundo, en todas sus pobrezas, pasar de nuestro dolor al dolor de todos, junto con muchos otros. Como dijo el papa Francisco a los participantes de EdC en 2017, no estamos llamados a ser muchos, sino a ser como la levadura que se pierde en la masa para elevar.
Una red profética
Siguiendo ese designio se inició un proceso que se llama Prophetic Economy, un camino emprendido conjuntamente con otras asociaciones y movimientos que tratan de dar respuesta al clamor de la tierra y de los pobres, porque se comprendió que llegó la hora de movernos junto a otros, personas en todo el mundo que creen apasionadamente en el desarrollo humano y en la sostenibilidad, trabajan incansablemente para cambiar las reglas de juego y piden justicia.
De la misma forma la EdC acompaña al movimiento Economy of Francesco del que participan miles de jóvenes de todo el mundo, sin distinción de creencias, convocado por el papa Francisco, con el objetivo de darle un alma a la economía. Jóvenes investigadores, estudiantes, doctorandos, economistas; emprendedores y dirigentes de empresas; agentes de cambio e innovadores sociales, promotores de organizaciones sociales locales e internacionales que trabajan al servicio del bien común y estudian y practican una economía justa, sustentable e inclusiva.
Estamos apenas arrancando. La EdC ha cumplido recién 30 años, un tiempo muy corto para una profecía. Sabemos que en las profecías las señales se revelan solo con el tiempo y todos están invitados a que juntos hagamos historia.
Artículo publicado en la edición Nº 632 de la revista Ciudad Nueva
Gracias por este hermoso resumen de los 30 años!, es inspirador y alienta para seguir interpretando con mas profundidad esta propuesta de contracorriente… Animo a todos los que trabajan al servicio del bien común y que estudian y practican una economía justa, sustentable e inclusiva.