Cuando faltan diez días para las elecciones, las agresiones violentas han sido 543. Hubo 19 secuestros, un centenar de otras agresiones armadas, además de los asesinatos.
Cuando faltan días para las elecciones en México, la violencia sigue caracterizando tristemente esta campaña. Subieron a 129 los políticos y activistas asesinados durante el actual proceso electoral lo cual está indicando la frecuencia con la que los actores políticos dirimen sus diferencias políticas mediante el uso de violencia y no mediante la vía de la democracia.
Para el director de la consultora Etellekt, Rubén Salazar, incide la falta de cultura cívica, una pésima planeación de los comicios, los conflictos entre partidos y al interior de los mismos, el populismo punitivo y también la falta de seguridad que está transformando la violencia política en un fenómeno “prácticamente imparable”, según destacó a la agencia Efe.
Salazar presentó ayer lunes el sexto informe sobre Violencia Política, en el que indica que esta situación podría continuar en lo que resta de la campaña e incluso en la jornada electoral del próximo domingo. Apenas unas horas después de presentar el estudio, se difundía la noticia del asesinado de un candidato a diputado local por el sureño estado de Oaxaca y dos acompañantes suyos. Para Salazar la situación es grave:
“La democracia ha dejado de ser la herramienta para dirimir diferencias en la competencia política”, afirmó.
Desde que comenzó el proceso electoral en México, se estima que hubo 543 agresiones contra políticos en todo el país. Un elevado número de políticos, 179, han recibido amenazas o actos de intimidación. De éstos, 120 son candidatos en diferentes niveles. Hubo además 63 agresiones físicas. Hubo un centenar de agresiones armadas que provocaron la muerte de 50 familiares de políticos y 47 heridos. También se registraron 19 secuestros.
El director de Etellekt indica en el estudio presentado que la estrategia violenta ha sido soslayada por el Instituto Nacional Electoral (INE) y en especial por su presidente, Lorenzo Córdova, quien ha reiterado que las agresiones se deben a la situación de violencia generalizada y son obra de la delincuencia organizada.
Salazar, en cambio, asevera que en el anterior proceso electoral, que culminó con las presidenciales de 2012, se registraron nueve casos de políticos asesinados, entre los cuales solo se contó el de un candidato, lo que indica que hubo “algo más” que la actuación del crimen organizado.
El juicio del experto es tajante: hubo una pésima planeación del proceso electoral, al hacer concurrentes demasiados cargos, y eso fue uno de los detonantes de la violencia. Salazar recordó que en estos comicios estarán en disputa 2.000 de las 2.400 alcaldías que hay en el país, mientras que en 2012 únicamente estuvieron en juego 900. A ello se unieron conflictos y disputas violentas entre distintas fuerzas políticas y también dentro de los mismos partidos, porque los procesos de selección de candidatos fueron “desgastantes”.
El experto explicó que “muchos candidatos cambiaron de partido por no haber quedado conformes con las decisiones y fueron objeto de agresiones”.
Al menos el 75% de las agresiones se dieron en contra de políticos de oposición, en relación a los partidos que gobiernan en cada entidad.
No creo equivocarme al afirmar que el fenómeno subyacente en esta violencia es la disputa territorial del narcotráfico. En la región en general el narcotráfico va contaminando cada vez más las estructuras de los poderes del estado y otros estamentos sociales. Este flagelo envuelve a sociedades enteras, en Argentina adquiere dimensiones alarmantes. A partir del 2001 esta situación fue avanzando firme y constantemente, hoy es pavoroso el entramado emergente de este mal verdaderamente apocalíptico. Creo que es necesario afrontar la realidad sin atenuantes, y pensar seriamente como reducir esta brecha; enunciado en lenguaje marinero. Afrontar esta situación exige enfocarla desde una multitud de aspectos: socio económicos, culturales, laborales, de la salud, legal, institucional . No alcanza con recurrir a una mirada simplista de esta problemática porque es muy compleja; por lo tanto requiere políticas de estado , esto nos incluye como ciudadanos, porque el mundo de la política es parte de esta situación y porque lo que se destruye son las bases mismas de nuestro ser humanidad; nuestro ser estado democrático.