Hace más de dos mil años sucedió en Medio Oriente un hecho que cambiaría nuestra historia, y que evocamos constantemente, al escribir el año en que vivimos.
En ese instante, evocamos la Resurrección de Jesús, Hijo de Dios para los cristianos. Cada Jueves Santo, recordamos la Última Cena de Jesús junto a sus apóstoles, donde hizo el lavatorio de pies, en señal de amor y servicio, bendijo el Pan y el Vino, invitando a sus discípulos a recibir su cuerpo y su sangre, milagro que perdura a través de la Eucaristía.
Estamos en los días más intensos de la Pascua. Hasta no hace mucho, las radios cambiaban su programación y su música.
Mientras tanto, aquí en la Madre Tierra, nos preparamos para vivir a full esta bendita y Santa Semana.