Una broma antisemita hizo que en los estadios italianos se observara un minuto de silencio y se leyeran fragmentos del Diario de Ana Frank.
Un proverbio italiano inspirado por la ópera lírica dice: “Scherza con i fanti, ma lascia stare i santi” (bromea con jinetes, pero no te metas con los santos, que en italiano contiene una rima). Es decir, hay temas que no se prestan a bromas. El antisemitismo es uno de éstos. Y no hay excusas. Por el respeto que le debemos a un pueblo diezmado por un genocidio cruel y loco y a seis millones de muertos y por el respeto que le debemos a los más altos valores que nos hacen familia humana.
Quizás les haya parecido una buena ocurrencia a un grupo de hinchas de la Lazio, repartir adhesivos con la imagen de Ana Frank vestida con la camiseta del equipo de la Roma, su eterno rival. A veces, el vacío cultural en el que vivimos es tal que impide darse cuenta de la estupidez que se oculta tras una idea como ésta y establecer diferencia entre tema y tema para una broma.
Las autoridades del fútbol italiano y la dirigencia de la Lazio, afortunadamente han reaccionado con prontitud y el domingo pasado en todos los estados italianos se guardó un minuto de silencio y los capitanes de varios equipos leyeron fragmentos del Diario de Ana Frank o las últimas líneas de otro libro que describe los padecimientos en Auschwitz, Si éste es un hombre, del escritor Primo Levi.
También se aplicaron sanciones a la Lazio, que por su parte en un intento de reparar en algo el error de sus “tifosos”, organizará un viaje a Israel con algunos centenares de seguidores, al tiempo que su presidente rindió homenaje a las víctimas del Holocausto llevando una corona de flores a la sinagoga de Roma. Se investiga quiénes y cómo prepararon los adhesivos y la intención de las autoridades es acabar con una forma de antisemitismo, que amenaza con aparecen en los escenarios deportivos y no solo junto con repudiables cantos racistas.
Hay que seguir caminando por el sendero de la fraternidad y del conocimiento si se quiere erradicar actitudes tan primitivas y tan poco inteligentes, divorciadas de la cultura.