La política de puertas abiertas de Canadá

La política de puertas abiertas de Canadá

El país aceptará a 25.000 refugiados de cualquier nacionalidad, parte de un total de 300.000 inmigrantes que recibirán la residencia permanente.

De los 35 millones de habitantes de Canadá, un 20,7% son inmigrantes, la mayoría asiáticos. El país dispone de un generoso sistema de ayudas y se está ubicando como una referencia en la acogida de extranjeros, una política que recibió un fuerte impulso con la llegada al poder del primer ministro progresista Justin Trudeau. Su plan de acogida masiva se ha traducido en la llegada de casi 40 mil refugiados sirios en los últimos 15 meses.

El refuerzo de Trudeau a la política de puertas abiertas iniciada en 1960 llega en un momento en que en los Estados Unidos y Europa crece la islamofobia. El temor ante el incremento de refugiados de Medio Oriente ha hecho dar pasos en la dirección opuesta. También sucede en Canadá, incluso, ya que el 29 de enero, un joven blanco mató a tiros a seis inmigrantes musulmanes en un atentado terrorista en una mezquita de Quebec.

Tras el veto de Trump a visitantes de siete países de mayoría musulmana, Trudeau, que tiene ministros de fe islámica y sijs, ofreció a Canadá como alternativa e insistió en que la multiculturalidad es una riqueza. Hay quejas contra su política por parte de ciudadanos que le reclaman que los refugiados lleguen tan rápido. Pero Canadá goza de una particularidad geográfica: el único vecino es EE UU, lo que le permite ser muy selectivo en quién quiere que entre al país.

Canadá, la décima economía mundial, prevé aceptar este año a 25.000 refugiados de cualquier nacionalidad como parte de los 300.000 extranjeros a los que planea otorgar la residencia permanente, lo que permite acceder a sanidad pública. Es una cifra algo superior a los años previos. La mayoría son inmigrantes seleccionados por motivos económicos mediante un sistema de puntuación.

Según la OCDE, los inmigrantes suponen desde 2000 el 31% del aumento de trabajadores altamente cualificados en Canadá, por delante del 21% de EE UU y el 14% de Europa. En Toronto, una de las ciudades más multiculturales del mundo, la mitad de la población ha nacido en el extranjero y se hablan unos 140 idiomas o dialectos.

Es posible que esta apertura a la inmigración guarde relación con el hecho de ser un país construido por inmigrantes. El país tuvo que encontrar la manera de construir su identidad permitiendo la confluencia entre las culturas anglosajona y francófona. Acaso por ello, el miedo hacia el extranjero sea menos y haya más confianza. Las encuestas muestran una alta aprobación a la llegada de extranjeros y estos declaran mayoritariamente sentirse canadienses.

 

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