La Luz del Gen Rosso en Córdoba

La Luz del Gen Rosso en Córdoba

El grupo internacional Gen Rosso dejó una profunda huella en su venida a Córdoba.

Hizo talleres y el show Streetlight con jóvenes de la Fazenda de la Esperanza, chicos y chicas de distintos colegios y de los Focolares.

El Gen Rosso cumplió su milagro semanal al lograr que, en este caso, 220 jóvenes de distintos contextos sociales fueran parte de su espectacular show Streetlight (luz de la calle) en Córdoba. Presentaron su espectáculo el viernes y sábado en la Parroquia Don Bosco, frente a un total de 2100 personas, deslumbrando a la audiencia y dejando una fuerte impronta en quienes participaron con ellos de los talleres y el show.

Es difícil, al redactar este artículo, no escribir en 1° persona al describir estos días, ya que lo que el Gen Rosso hizo fue ponernos a cada uno de los que participamos de sus talleres y su show, justamente, en primera persona: cada uno protagonista de cada taller, de cada show, de cada día y de la vida de cada uno. Y todos juntos una familia. En 3 días.

Cada uno de los integrantes de la banda se dividió en talleres, desde Documentación (periodismo) hasta Broadway (comedia musical), desde Percusión con bidones y escobas, hasta la Pandilla de los “malos”: todos, al final, con una sonrisa gigante y, dentro, una felicidad intachable. En cada grupo se vivió la sensación de transformarnos en una familia. Cada caída era motivo de levantarnos con más fuerza, cada dificultad motivo de predisposición, cada momento una oportunidad de ser todos importantes para uno y para los demás. Como en un show, hace falta la confianza de saber que el otro hace lo mejor que puede cuando le toca, sin ser perfecto, pero dejándolo todo de sí.

En sólo tres días, no fue fácil para muchos aprender cada paso de baile o movimiento de actuación, sobre todo teniendo en cuenta que pocos eran quienes tenían experiencia de baile o teatro. De hecho, uno de los talleres más difíciles era el de hip hop, cuya coreografía era exigente. Al final, uno de los chicos de la Fazenda que lleva 9 meses en recuperación, dijo que fue muy importante para él quedarse en el taller, aún si tenía ganas de abandonar los primeros días por la dificultad del mismo, pero sintió que era clave terminar lo que empezó, aunque fuera costoso y no le saliera fácilmente. Muchos remarcaron la importancia de sentir que los demás creían en ellos y, más que nada, que se les exigía más de lo que ellos creían que podían dar: porque podían hacerlo.

El espectáculo pudo hacerse realidad gracias a distintas organizaciones que se pusieron al hombro la organización: Fazenda de la Esperanza, el grupo Esperanza Viva, el Movimiento de los Focolares y, lógicamente, el Gen Rosso. Un trabajo de muchos meses cuyo resultado es una experiencia que hoy se torna imborrable.

Las luces del show ya se apagaron, el escenario ya fue desmontado. Volvemos a la vida real, pero se sigue adelante en el tratar de ser, cada uno, la streetlight, la luz de la calle, en la “calle” que a cada uno le toca. Con la certeza de saber que si caemos, lo importante es no permanecer abajo sino, como en el show, volver a empezar y darle para adelante.

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