La economía del dar

La economía del dar

Tras las huellas de Chiara.

Para Chiara Lubich, los fundamentos más profundos de la Economía de Comunión se encuentran en una antropología del don, es decir, en la definición propia del hombre. Nuestra mística de la modernidad afirmó en varias ocasiones que en su carisma yacía una doctrina. El escrito que les presentamos en esta edición nos conduce a un parágrafo magistral de 1949 que dice: “Me he dado cuenta de que yo he sido creada como un don para el que está a mi lado y que, quien está a mi lado, ha sido creado por Dios como un don para mí. Como en la Trinidad, en la que el Padre es todo para el Hijo y el Hijo es todo para el Padre” (§ 548). La definición del hombre como don significa que su realización está en el darse, en el donarse. Donarse en el quehacer diario es el fundamento de una economía hecha a la medida del hombre.

A diferencia de la economía consumista, que se basa en la cultura del tener, la economía de comunión es la economía del dar. Esto puede parecer difícil, arduo, heroico. Pero no es así, porque el hombre, hecho a imagen de Dios, que es Amor, encuentra su realización precisamente en el amar, en el dar.

Esta exigencia está en lo más profundo de su ser, más allá de que sea creyente o no.  

Y justamente en esta constatación, corroborada por nuestra experiencia, se basa la esperanza de una difusión universal de la economía de comunión (1).

1. Chiara Lubich, Rocca di Papa, 10 de noviembre de 1991, en: Economía de Comunión – una nueva cultura (2010), 31.

Artículo publicado en la edición Nº 632 de la revista Ciudad Nueva

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