Esta noche Argentina enfrentará a los Estados Unidos por un lugar en la final.
“Los jugadores de la Selección son unos perdedores”. Esa frase, tan escuchada en el último tiempo, es una daga en el corazón del equipo albiceleste. Los integrantes del equipo nacional lo sienten así. Saben cómo juzga el público cuando no se consiguen títulos y ellos mismos entienden que necesitan un logro que corone un recorrido valiosísimo en la historia de la Selección. Aunque no sean “culpables” de la totalidad de los 23 años de sequía (el último torneo ganado fue la Copa América de 1993), la mochila se ha vuelto tan pesada como injusta.
Que la Argentina, a esta altura “del partido”, no haya ganado un torneo tiene que ver más con los caprichos del destino que con una posible impericia. En los últimos dos años, la Selección ha jugado la totalidad de partidos que un torneo supone en su calendario y el público ya toma como natural que los muchachos liderados por Lionel Messi lleguen a las instancias decisivas. Finalista ante Alemania en el Mundial de Brasil, finalista de la Copa América 2015 ante el local Chile y ahora semifinalista ante otro anfitrión, Estados Unidos (desde las 22hs, hora argentina), hablan de una constancia en la cresta de ola difícil de ver en cualquier selección del mundo. Incluso perdiendo esta noche, Argentina jugará por el tercer puesto, más allá que se trate de un premio que ya no será consuelo.
Con un Messi cada vez más maduro, pero con un equipo que si bien va logrando cierta homogeneidad en su funcionamiento todavía le falta dar a conocer una verdadera identidad, Argentina sueña con llegar a la final que le permita quitarse esa espina que ya se ha transformado en una presión autoimpuesta por los propios futbolistas. “Ya no nos conforma jugar la final” declaró días atrás un guerrero como Javier Mascherano. Protagonista de tres finales de Copa América (2004, 2007 y 2015) y una final del mundo (2014) entiende que sólo servirá ganar. Es comprensible, si son unos “perdedores”.
La otra semifinal
Chile quiere defender el histórico título conseguido el año pasado en tierra propia y para ello tendrá que superar a Colombia, mañana, en la semifinal. Los trasandinos llegan entonadísimos a esta fase decisiva de la Copa ya que en cuartos de final vapulearon a México con una inédita goleada por 7 a 0.
En este sentido, si Chile superara a Colombia y Argentina hiciera lo propio con Estados Unidos, la final de la Copa América Centenario tendría a los mismos protagonistas de un año atrás.
