Es el llamado que realizan desde Mérida un grupo de Nobel de la Paz. Proponen reducir el gasto en armas, apostar al desarrollo y preservar el ambiente.
Es el llamado realizado por una docena de Nobel de la Paz reunidos en la ciudad mejicana de Mérida. La cumbre, comenzada ayer, se propone como un espacio desde el cual convocar a las conciencias trabajar por un mundo más pacífico. En este sentido, también se señaló la incongruencia de gasto en armamentos, que ha crecido y que absorbe recursos que deberían destinarse a frenar el cambio climático. “La cantidad de dinero que se gasta en armas es una obscenidad”, sostuvo Jody Williams, quien recibió el Nobel de la Paz en 1997 por su campaña contra las minas antipersonas. Kailash Satyarthi, el indio que compartió el galardón en 2014 con Malala Yousafzai, señaló que con 22.000 millones de dólares, sería posible garantizar la educación a 260 millones de niños fuera del sistema educativo. La paz, en sus palabras, depende también de que el fruto del desarrollo llegue a los niveles sociales más pobres, en especial los niños.
En este sentido, el ex presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha señalado cómo en plena negociación de paz con la guerrilla, su gobierno fue asesorado por el Nobel de economía Amartya Sen, quien explicó cómo la pobreza debe ser medida a partir de la calidad de vida. Y ello, en pleno conflicto, llevó su Ejecutivo a priorizar el gasto en educación. “Es aberrante la alta concentración de la riqueza”, sostuvo Santos. Colombia, en efecto, es el país con los más altos niveles de desigualdad de América latina.
Los Nobel de la Paz sesionarán hasta este domingo proponiendo acciones concretas. Este viernes realizarán una movilización para visibilizar la lucha contra el cambio climático que, en palabras de Juan Manuel Santos, es “la mayor amenaza para la paz mundial y la supervivencia de la humanidad”.