Medios que proponen una manera diferente de relacionarse con su público.
Nunca fue tan fácil informarse. El ecosistema de canales de comunicación actual es, con toda certeza, el más nutrido y vasto de la historia. Por eso, uno de los desafíos de hoy es elegir, de entre ese menú comunicativo, qué leer, escuchar o ver. El desafío es, también, qué descartar. Resulta imposible saber todo lo que ocurre en un mundo hiperglobalizado, y la infoxicación (la intoxicación con atracones de mucha información) es un ejercicio propio de nuestra era.
En Argentina, ese ecosistema de canales también está fuertemente atravesado por la coyuntura política. Una coyuntura intensa, por momentos belicosa, que navega por un acaudalado río informativo en el que no es difícil marearse.
Es así que, tanto los altos niveles de contenido que circulan dentro y fuera de Internet como también la agrietada actualidad del país, son parte de un panorama mediático que también se mueve de acuerdo con lo que la sociedad (el público) va precisando y exigiendo. En este sentido, la aparición de algunos medios de comunicación en los últimos años es síntoma de una necesidad social de encontrar otras formas de escuchar la realidad, otras voces que cuenten lo que sucede.
Una necesidad que surge a partir de cierto agotamiento de ese periodismo masivo que se coloca en pie de guerra constante, que circula información a niveles exponenciales y que acostumbra al público a un estado de alerta permanente. ¿Existen otras formas de contar?
Algunos medios con propuestas alternativas
El DiarioAr es uno de ellos. Un caso bastante peculiar, ya que nació en plena pandemia, allá por diciembre de 2020, y que es la versión “hermana” del español DiarioEs. Desde el inicio, este periódico plenamente digital propone una relación transparente con el lector y, en su página web, se toma el tiempo de explicarle quiénes conforman el medio, cómo piensan su modelo de negocio, quiénes son los principales accionistas o cuál es su compromiso editorial.
De esta manera, quien ingresa a la web puede conocer a los apenas 20 trabajadores que hay en total, a sus accionistas (que en su mayoría son los propios periodistas que conforman El DiarioAr más El DiarioEs) y cómo se mantienen económicamente. “El ingreso de los socios es central en el modelo de negocio. Creemos en ese modelo porque es autosustentable, ya que va creciendo a medida que los ingresos lo hacen”, cuenta a Ciudad Nueva Martín Sivak, su director periodístico.
A casi un año de su lanzamiento, la apuesta salió mejor de lo que esperaban y los números son muy favorables, ya que el público ha sido bastante receptivo. El periódico busca despegarse de la agenda mediática dominante y, si bien acompaña la mayoría de los temas que circulan en el espectro masivo, la idea es lograr instalar una agenda propia. Hay una decisión editorial, explica su director, de no alimentar aquella viralización que “contribuye a cierta idea de estado permanente de griterío y desinformación”.
Así es que el lector de El DiarioAr no encontrará declaraciones cruzadas (que ellos definen como un periodismo ping pong que se marea y marea) o noticias del espectáculo. El objetivo del medio es nutrir la conversación social a través de un periodismo plural, relevante y humilde. Esta última palabra es la que retoma Sivak cuando, con cautela, señala: “No pretendemos refundar el periodismo”.
Lo que sí va a encontrar el lector es contenido útil. Entrevistas a protagonistas, panorama de actualidad, perspectivas de la realidad, notas que contraponen opiniones pero con el fin de contribuir al pensamiento crítico. La apuesta de El DiarioAr es esa: contar, incidir, generar. Pero con sencillez, calma, respeto. Y calidad. No es una guerra, es periodismo.
Su financiamiento se retroalimenta a partir de estos ejes editoriales. Si el medio logra un trabajo de interés para el público, este puede asociarse y colaborar económicamente para que entonces el medio continúe imprimiendo valor a su labor. Por eso, la relación con el socio es fundamental. “Cuando decidimos fundar un diario también fundamos una comunidad de lectores. La idea es que ellos también formen parte del hacer del diario. Realmente nos importan y por eso abrimos todos los canales posibles”, expresa Sivak.
Este mismo tipo de feedback es el que intentan generar desde Redacción, un medio digital que se fundó en 2018 y cuya propuesta periodística considera fundamental el codo a codo con la ciudadanía. Con el llamado a sumarse a la comunidad como miembro corresponsable a través de un click, invita al público a trabajar junto con ellos en los temas que consideren importantes y a colaborar económicamente.
“Creemos que necesitamos un periodismo distinto, que priorice la cobertura de temas sociales y le dé un lugar protagónico a la participación ciudadana”, se identifica Redacción en su página web, y deja un correo electrónico para que quien lo desee pueda contactarse y plantear ideas de artículos a desarrollar.
Con 17 periodistas en el equipo, el medio prioriza calidad por sobre cantidad. Esto implica que, aunque como tal sigue una agenda de coyuntura actual, no corre detrás de ella. Los temas que trata el diario son de hoy: problemáticas sociales, inquietudes de los jóvenes, urgencias a resolver y más. “¿Cómo controlar un ataque de pánico?”, “Por qué es importante vacunar contra la Covid a todo el mundo”, “Guía para conversar con chicos y chicas que votan por primera vez” o “Economía circular: qué agenda legislativa viene”, son algunos de las notas que están dentro de su abanico informativo.
El foco del trabajo de Redacción tiene una mirada constructiva. Así entienden que deben encarar el contenido. “Un periodismo que en la conversación pública tenga la habilidad de proponer soluciones y señalar oportunidades”, dicen. Por eso, para acompañar este concepto de impacto social, ofrecen colaborar con campañas mensuales. Son iniciativas concretas que invitan al ciudadano a involucrarse en distintas propuestas. En julio, la campaña fue “Ante el frío, vos podés ayudar a quienes más lo necesitan”. En agosto, “Involucrate con las comunidades indígenas”.
Si bien el espectro de público al que se dirige es amplio, está claro que por su apuesta fuerte de diseño y atractivo visual así como también su desarrollo en redes sociales, Redacción piensa su trabajo, principalmente, en función de un rango etario joven. Algo que también ha sabido desarrollar de manera muy sólida Filo News.
El recorrido de Filo News, cuyo creador es el empresario Mario Pergolini, comienza en 2019, apareciendo con una propuesta innovadora: un diario cuyo formato fuerte sea Instagram. El medio enfoca su producto fundamentalmente en las redes sociales: YouTube, Twitter, Facebook, Instagram, y ese perfil le ha valido instalarse como un diario referente dentro del público joven. A diferencia de los casos anteriores, este diario sí trabaja con aquellos contenidos virales, sean fotos, tweets o publicaciones. La esencia es siempre la misma: rigurosidad periodística.
“Tratamos de plantear, como una suerte de axioma, que cada una de las redes sociales requiere un lenguaje específico porque apunta a audiencias diferentes”, explica a Ciudad Nueva Daniel Maffey, periodista político del medio. Es probable que esa sensibilidad para percibir el modo de contar las cosas según el público y la plataforma le hayan permitido construir una comunidad fuerte en el ámbito juvenil. No es una casualidad que en tiempos de elecciones parlamentarias, los candidatos hayan aceptado sentarse en el sillón de Filo News a exponer sus ideas y responder preguntas.
Una de las propuestas del diario es poder trascender la grieta a la hora de analizar la realidad política. Maffey sostiene: “Creo que logramos entender la diferencia entre lo partidario y lo político. Nosotros vemos que hay una gran cantidad de causas que lógicamente son políticas (como la variable de género o la lucha ambiental) y que desafían esta idea de que los jóvenes no están interesados”.
Los números los acompañan. Las variables cuantitativas son positivas y el alcance del contenido en la web es alto. El público se muestra receptivo y se compromete. Éxitos como el ciclo de entrevistas de Caja Negra (moderado por su director, Julio Leiva) o su sección de “Filo Explica” dejan a la vista que hay personas (muchas) interesadas en escucharlos. La lógica del contenido explicado busca tomar una foto de aquello que está generando un interés muy fuerte en la audiencia y brindar las herramientas para poder entender qué y por qué está pasando.
Una vez más, el valor diferencial de este diario digital está en comprender cómo hacerlo. Es la convivencia entre el lenguaje que exigen las plataformas y cómo el periodista logra transmitir el mensaje, dice Maffey. Algo que, agrega, está estrechamente vinculado con la esencia fundacional del medio. “Filo está siendo un ejemplo de que puede haber un estilo diferente o genuino al momento de intentar comunicar”, cierra.
El DiarioAr, Redacción o Filo News son ejemplos sintomáticos. Son canales de comunicación que florecen en un ecosistema que fluctúa con las necesidades de la sociedad. La realidad (esa que Rodolfo Walsh decía que era casi incontable) existe, es cambiante y compleja. Cómo transmitirla, quizá, sea la pregunta máxima. El filósofo Marshall McLuhan dijo, probablemente, la respuesta máxima: el medio es el mensaje.
Artículo publicado en la edición Nº 635 de la revista Ciudad Nueva.