El mandatario electo está preparando la agenda del nuevo Ejecutivo
Pedro Pablo Kuczynski, el ganador, aunque todavía virtual, de las elecciones presidenciales en Perú, se prepara para asumir en julio el poder. Todavía no hay una lista de nombres confirmados para integrar el Ejecutivo. Se apunta a figuras que sean representativas de la realidad nacional que permitan un amplio consenso en torno a los temas que para los peruanos ocupan los primeros puntos de la agenda del país: la inseguridad, vitalizar la economía y procurar un cambio social.
El nuevo presidente deberá ampliar su base de apoyo en el Congreso, donde cuenta con una bancada de apenas 18 legisladores pertenecientes a su fuerza, el PPK. Su adversaria más directa en las elecciones, Keiko Fujimori, dispone de 73, sobre un total de 130. Incluso la agrupación de izquierda Frente Amplio que llegó tercera en la primera vuelta, obtuvo más legisladores (20) que el PPK. Siendo improbable el apoyo de la izquierda, aunque a último momento haya salido a apoyarlo contra Keiko Fujimori, Kuczynski deberá elegir entre negociar con un gran número de fuerzas menores o consensuar temas con el fujimorismo derrotado hace una semana.
El líder del PPK sostiene que “hay cosas que se pueden hacer aprovechando las leyes que ya existen, y otras más que requieren una legislación nueva”, que deberá ser parte de su programa de gobierno.
Kuczynski no recoge una herencia negativa al suceder al presidente Ollanta Humala. El adverso contexto regional ha reducido el crecimiento económico de Perú, que sin embargo es superior al resto de los países vecinos. Hay todavía una fuerza de empuje y recursos naturales que pueden empujar hacia arriba la economía nacional. Pero este economista de 77 años sabe que no son esos, hoy, los factores de desarrollo. Los precios internacionales de los recursos pueden bajar como subir. Las claves para la producción de riqueza residen en la fortaleza de las instituciones del Estado de derecho, la educación o, si se quiere, el capital humano, los hábitos y costumbres que conforman el capital cívico. Es decir, elementos intangibles, mezclados de diversas maneras. El tiempo dirá si el nuevo presidente habrá optado o no por estos factores.