Este jueves 8 de febrero la Iglesia celebra la memoria de Santa Josefina Bakhita, nacida en la región de Darfur, en Sudán, África, secuestrada y vendida cuando tenía nueve años por traficantes de esclavos.
A partir de este testimonio, el papa Francisco estableció la Jornada mundial de oración y reflexión sobre la trata de personas.
Al referirse a la Santa, Francisco expresó que ella “es hoy un testigo ejemplar de esperanza para las numerosas víctimas de la esclavitud y un apoyo en los esfuerzos de todos los que se dedican a luchar contra esta “llaga en el cuerpo de la humanidad contemporánea, una herida en la carne de Cristo”.
La Comisión Episcopal de Migrantes e Itinerantes dio a conocer un comunicado en el que invita a todos “a buscar, en ese día, un tiempo de reflexión que motive a realizar gestos de fraternidad con los que se encuentran en un estado de sometimiento. A dejarnos interpelar, desde las enseñanzas y gestos del papa Francisco: ‘Cuando encontramos o tratamos en la vida cotidiana con víctimas de la trata de personas, o cuando tenemos que elegir productos que con probabilidad podrían haber sido realizados mediante la explotación de otras personas.”
“A tener también -agrega la nota- un tiempo de oración en el que podamos rezar con Santa Josefina Bakhita al Dios de la Misericordia “para que sean quitadas las cadenas de todo cautiverio, que libere a todos los que han sido amenazados, heridos o maltratados por la trata y tráfico de personas, que brinde alivio a los que sobreviven esta esclavitud y les enseñe a ver a Jesús como modelo de fe y esperanza y así puedan sanar sus heridas.”
“María, Madre de los Migrantes, abre nuestros ojos para mirar las miserias y las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de su dignidad y de su libertad y ayúdanos a escuchar sus gritos de auxilio”, concluye el comunicado de la Comisión Episcopal de Migrantes e Itinerantes.
Fuente: AICA
En mundo lleno de progresos tecnológicos, entre otras calamidades está, explica la afirmación de Jesús “En verdad os digo que no pasará esta generación ante de que suceda esto”. Es necesario esforzarse en transformar estas calamidades sabiendo que estuvieron y continúan, el progreso muchas veces NO HUMANIZA, TODO LO CONTRARIO.