Hacia un espacio de encuentro

Hacia un espacio de encuentro

Turismo Religioso.

El turismo religioso muchas veces emerge en el lenguaje corriente, incluso antes de ser un fenómeno socio-cultural-religioso en sentido propio. El concepto “turismo religioso” ha sido objeto de reflexión y de conceptualización formal, tanto en el seno de la comunidad científica del mundo del turismo como en las instancias e instituciones sociales, entre las cuales se destaca la Iglesia por ser pionera en formularlo, aunque sin precisar sus contenidos, en las décadas de los cincuenta y sesenta del pasado siglo.

Se trata de un concepto complejo, formado por dos entidades que tienen valor en sí mismas y que dan lugar a una entidad o realidad nueva que comparte las características o los elementos de las dos entidades que lo integran. En este sentido lo expresa Carlo Mazza: la expresión turismo religioso denota la presencia dinámica de dos factores: el turismo y la religión.

Por turismo religioso se comprende aquel tipo de turismo que tiene como motivación la fe. Generalmente esta modalidad turística consiste en la visita a lugares de interés religioso o natural, edificios sagrados o la participación en celebraciones religiosas, para descubrir la esencia religiosa, el mensaje que transmiten, el valor histórico y la belleza artística. Esto no excluye, sino que comprende en muchas ocasiones la oración, la celebración de los sacramentos.

En el turismo religioso la motivación está dada por la fe. Por eso esta modalidad turística consiste en algo más que en visitar lugares de interés religioso. Es el espacio propicio para que se desarrolle la cultura del encuentro, tal como lo expresaba Su Santidad el papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud en Río: “Necesitamos edificar, crear, construir, una cultura del encuentro. Tantos desencuentros, líos en la familia, ¡siempre! Líos en el barrio, líos en el trabajo, líos en todos lados. Y los desencuentros no ayudan. La cultura del encuentro. Salir a encontrarnos. Y el lema dice, encontrarnos con los más necesitados, es decir, con aquellos que necesitan más que yo”. Los destinos de turismo religioso son lugares en donde las personas, con sus realidades, sus problemáticas, sus situaciones particulares, van en búsqueda de soluciones, de una palabra de aliento, de paz, de consuelo. Con lo cual es muy importante en el turismo religioso el trabajo de acogida de la población local, de los agentes pastorales y de los profesionales de turismo especializados en esta área. Por tal motivo, el turismo religioso debe tener como objetivo conducir a los visitantes hacia un espacio de encuentro: de encuentro personal, de encuentro comunitario y de encuentro con ese ser trascendente que lo convoca y motiva a realizar este tipo de turismo.

El turismo religioso es visitar lugares en donde no solo se puede expresar la fe, sino donde también se pueden vivir experiencias religiosas y personales relevantes en la vida del ser humano ·

* El autor es Diplomado en Turismo Religioso.

Nota: Artículo publicado en la edición Nº 605 de la revista Ciudad Nueva.

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