Guanacos culpables, ¿mito o realidad?

Guanacos culpables, ¿mito o realidad?

En el acervo patagónico es usual escuchar epítetos de todo tipo en contra de unos bellísimos camélidos: los guanacos. Estos ágiles mamíferos nacen con un cartel invisible de “culpables”. Se aduce que los camélidos provocan un desequilibrio en la cadena alimentaria en desmedro de otras especies. Es algo conocido: ¿mito o verdad?

Andrea Marino, Victoria Rodríguez y Natalia Schroeder, investigadoras del CONICET en diversos institutos, hacen notar lo erróneo de este tipo de apreciaciones. Esto dio lugar a la publicación de  “El guanaco como chivo expiatorio del sobrepastoreo por ganado en Patagonia Sur”, en el que las autoras dan cuenta que, por su distribución y comportamiento, no serían estos animales los responsables del estado crítico de degradación de los pastizales, ni de la merma en la producción ganadera en Patagonia.

Según se argumenta, en Chubut y Santa Cruz a fines del siglo XX fueron muchos los productores que abandonaron sus campos. Para 2015, al menos 30.000 km2 en Chubut y más de 100.000 km2 en Santa Cruz correspondían a establecimientos desocupados. Por tanto no existe un equilibrio del stock ganadero con el alimento disponible.

“Es importante dejar en claro que ni el ganado ni los guanacos están distribuidos de modo uniforme. No hay ganado en las reservas y los campos abandonados y, en general, los guanacos están en lugares que el ganado no utiliza o subutiliza. Por ende, no compiten por el acceso al alimento. El exceso de ganado en las zonas con producción pecuaria alcanza el 73 por ciento en Santa Cruz y el 28 por ciento en Chubut.  Son estos ambientes los que están sobrecargados con ovinos, vacunos y caprinos”, sostiene Rodríguez.

Los guanacos fueron los herbívoros dominantes en los ecosistemas áridos sudamericanos, con una población que superaba los 30 millones de ejemplares, antes del siglo XV. Luego que el ganado ovino fuera introducido en la Patagonia, el número de guanacos declinó debido a la competencia directa, y la caza excesiva. 

“Existe mucha evidencia disponible que describe la exclusión competitiva del guanaco por parte del ganado en zonas y momentos donde el alimento es limitante. Así, el ganado suele ocupar las áreas más productivas y los guanacos son desplazados a hábitats pobres o degradados, campos desocupados, o utilizan áreas que el ganado no es capaz de utilizar, como por ejemplo las zonas alejadas de las aguadas y puestos rurales o las laderas altas. Es decir, ambas especies no compiten por la misma porción de forraje disponible. Esto no implica que en momentos y sitios donde abunda el alimento, por ejemplo en primavera, no puedan observarse guanacos y ganado pastoreando conjuntamente”, explica Marino.

Así, para las científicas, finalmente, desde la introducción de los ovinos a finales del siglo XIX, algunos ambientes con el tiempo se fueron degradando por sobrepastoreo del ganado y dejaron de ser productivos para esta actividad. Los guanacos, en cambio, debido a sus adaptaciones, son capaces de subsistir en estos ambientes donde la oveja, la vaca, o el chivo ya no pueden hacerlo.  “Lo que se está viendo, la foto que se observa hoy, es la de un ambiente degradado por una historia de sobrepastoreo ganadero, que en ocasiones es ocupado por guanacos, pero no por esto debe señalarse a los guanacos como responsables de este daño”, señala Marino.

De acuerdo con las investigadoras, cada vez más estudios evidencian que las adaptaciones de los camélidos pueden resultar sumamente ventajosas en un contexto de aprovechamiento de la especie como complemento de una actividad ganadera sustentable o como alternativa productiva en ambientes donde ésta última ha dejado de ser viable. No solo son más eficientes en el uso del forraje y en lidiar con los depredadores, sino que cuentan con mecanismos comportamentales excepcionales entre los herbívoros que redundan en un pastoreo de menor impacto que el de las especies domésticas.

Los guanacos son aprovechados para la obtención de carne y fibra. La situación crítica a la que se llevó a las poblaciones silvestres en el pasado derivó en que en 1997 la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) recomendara la suspensión de la importación de productos de guanacos provenientes de Argentina, habilitando luego únicamente el comercio de fibra obtenida de animales vivos, en un intento de refrenar la sobre-explotación.

Las tres investigadoras coinciden en que considerar a las poblaciones de guanaco como las responsables del sobrepastoreo no solo es un error, sino también, en que puede acarrear consecuencias directas a la hora de abordar la problemática de la conservación de los pastizales y sus distintos componentes. Por esto implementar medidas de manejo basadas en diagnósticos errados que omiten información ecológica esencial resultaría en una agudización del problema y en la pérdida de recursos valiosos y escasos.

Nosotros convocamos al maestro Marcelo Perea para contemplar la belleza de estas criaturas .

Fuente: https://www.conicet.gov.ar/son-los-guanacos-los-responsables-del-sobrepastoreo-en-patagonia/

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