De cara al día Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos que se conmemora el 7 de junio.
Nuestra energía, salud y bienestar dependen de los alimentos. Cuáles son los procesos que garantizan que sean inocuos para los consumidores.
En un mundo globalizado como el que vivimos resulta esencial garantizar la seguridad de los alimentos en cada etapa de la cadena: desde la producción hasta la cosecha, en el procesamiento, el almacenamiento, la distribución; hasta la preparación y el consumo. Es por esto que, a través del Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos que se celebra el 7 de junio, la Organización de las Naciones Unidas propone reconocer a la seguridad y sanidad alimentaria como una responsabilidad que debe ser compartida entre gobiernos, productores y consumidores.
Inocuidad alimentaria y Buenas Prácticas Agropecuarias
Cuando un alimento no presenta o tiene niveles aceptables y seguros de elementos que implican un riesgo para la salud de los consumidores, se dice que es inocuo. Bacterias, virus o residuos de pesticidas son algunos de los ejemplos de estos elementos dañinos, que no percibimos a simple vista y pueden ser causantes de enfermedades.
“La aplicación de las Buenas Prácticas Agropecuarias (BPAs) tiende a garantizar la inocuidad de los alimentos desde la producción hasta la cosecha, haciendo foco en la protección de la salud humana, la higiene y el medio ambiente”, introduce la Ing. Agr. Estefanía Reati, Gerenta Técnica y Cofundadora de Síntesis Biológica, empresa dedicada al desarrollo y producción de bioinsumos. “Estas implican una serie de principios, normas y recomendaciones técnicas orientados a fortalecer la sostenibilidad del sistema agroalimentario. A través de un manejo técnico integrado, utilización de productos no tóxicos o disminución de fitosanitarios, se puede lograr una producción de calidad y económicamente rentable”, indica.
Prevenir enfermedades con alimentos más seguros
Según estimaciones de las Naciones Unidas, al año se producen 600 millones de casos de enfermedades transmitidas por alimentos, principalmente en poblaciones vulnerables y marginadas, y cerca de tres millones de personas en todo el mundo mueren cada año por enfermedades transmitidas por el agua y los alimentos.
En este sentido, Ricardo Cazzaniga Filippa, Responsable de Comunicación y Sostenibilidad de Síntesis Biológica, señala: “Los alimentos no inocuos son altamente peligrosos para la salud humana, por eso la importancia de garantizar su seguridad, en un proceso complejo que empieza en la producción y termina con los consumidores. Mediante la utilización de bioinsumos es posible llegar a ellos con productos primarios de excelente calidad y libres de fitosanitarios”. Y agrega: “Al tratarse de productos biológicos, basados por ejemplo en micro o macro organismos o extractos vegetales, los bioinsumos promueven una mejora en la materia orgánica, lo que estimula el rinde y la calidad de la producción, previniendo agentes patógenos o perjudiciales”.
Hacia una agricultura sostenible
Naciones Unidas plantea que la seguridad alimentaria es clave para lograr varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como la erradicación del hambre, la prevención de enfermedades transmitidas por los alimentos, la producción y el consumo responsables, y la cooperación internacional necesaria para garantizar la inocuidad.
En esta misma línea, Cazzaniga Filippa destaca la importancia de que la declaración del 2020, por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), como el Año Internacional de la Sanidad Vegetal.
“Un 40% de los cultivos se pierden por plagas y enfermedades a nivel mundial. El desperdicio y el daño económico afectan directamente a comunidades que dependen de los ingresos de estas producciones, lo que agrava problemáticas actuales como hambre y pobreza, tanto local como mundial. Siendo la base de la cadena alimentaria, es crucial para el desarrollo fomentar y concientizar sobre la salud de las plantas”, explica el Responsable de Comunicación y Sostenibilidad de Síntesis Biológica. “La sanidad vegetal no solo contribuye a una producción sustentable cuidando el ambiente, sino que se toma como una estrategia global sostenible para erradicar el hambre e impulsar el desarrollo económico”, finaliza.
Fuente: Síntesis Biológica