Los demócratas recuperan la mayoría en la Cámara Baja. Los republicanos conservan la mayoría en el Senado. El presidente obligado a negociar.
Un análisis profundo de los resultados de las elecciones de medio término de los Estados Unidos no podrá evitar interpelar al presidente Donald Trump respecto de su estrategia y de sus objetivos. El primer resultado clave ha sido la recuperación de la mayoría en la Cámara de Representantes – que ayer se renovaba por completo – por parte del opositor Partido Republicano. Eso ocurre luego de ocho años de predominio Republicano, comenzado durante la gestión del presidente Barack Obama. De las 435 bancas, los Demócratas se aseguraron 219, los Republicanos retrocedieron a 193 y quedan por asignar otras 23.
Donde no fue posible modificar la relación de fuerza fue en el Senado, pues renovaba 35 de sus 100 legisladores, pero 26 de los cuales eran demócratas. El partido de Trump se aseguró 51 bancas, 45 quedan para los demócratas y falta adjudicar cuatro.
Las zonas rurales siguen siendo el eje central del voto republicano en apoyo a la gestión de Trump, mientras que en las zonas urbanas los demócratas logran ganar con amplitud.
Pero los resultados son todavía más contundes. Entre los representantes aparecen miembros de minorías que han sido hostigadas y, literalmente, ofendidas por el poco prudente lenguaje del presidente. En Nueva York consiguió ganar en su distrito la más joven representante de la historia, Alexandria Ocasio-Cortez, una hispana de apenas 29 años que en su distrito consiguió el 76% de los votos. Trabajó de camarera y se pagó sus estudios en Economía y Relaciones Internacionales antes de decidirse por la política hace unos meses. Las primeras mujeres islámicas también provienen de las filas demócratas: Rashida Tlaib e Ilhan Omar. Omar, además, proviene de Somalia y arrasó con el 80% de los votos en su distrito de Minesota. Otras dos mujeres serán las primeras indígenas estadounidenses en lograr se representantes: Deb Haaland y Sharice Davids. La misma Davids es abiertamente miembro de la comunidad homosexual como lo es el nuevo gobernador de Colorado. El estado de Massachussets, además, tendrá su primera gobernadora negra de la historia, Jeannete Núñez, agregando otro apellido hispano a una larga lista de funcionarios públicos.
El resultado de ayer rompe con una hegemonía en el Congreso, de aquí en más Trump deberá negociar con el Legislativo para concretar en proyectos de ley su gestión. Pero la Cámara Baja tiene algunas prerrogativas que pueden preocupar al presidente: tiene poder de iniciativa legislativa, por más que luego deberá someterse al voto del Senado, y también puede seguir investigando el patrimonio de Trump y su conducta que se expone a un posible juicio político, aunque para prosperar deberá lograr un improbable voto de los dos tercios del Senado.
En filas republicanas se deberá analizar los resultados, pues incluso donde han ganado lo han hecho a duras penas y peleando voto a voto con los demócratas. El discurso contra las minorías y contra la inmigración choca con una realidad de social que es un crisol precisamente de minorías. Pero además el triunfalismo de Trump respecto de los resultados económicos, choca con otra realidad: el éxito es fruto de una tendencia marcada que dura desde hace muchos años. Es decir, no se debe a su política que, además, expone el país al aislamiento. Y eso comienza ser evidente, mientras que el discurso excluyente del presidente provoca la reacción del electorado y convoca el voto juvenil ante un modelo social que rechazan.