El presidente Emmanuel Macron anunció que se reducirá por un monto de 6 mil millones de dólares. Las pensiones más bajas se anclarán a la inflación.
Las protestas callejeras de los “chalecos amarillos” en Francia han logrado que el presidente Emmanuel Macron bajara por unos 6.000 millones de dólares el impuesto sobre la renta, al tiempo que se vincularán las pensiones más bajas con la inflación.
Este jueves, durante una rueda de prensa, Macron defendió la necesidad de “trabajar más” para compensar el descenso de impuestos y la reducción del gasto público que busca su gobierno. Allí se refirió al valor del impuesto a la renta que pretende bajar, aunque dejó en manos de su gobierno precisar en detalle cómo se realizará, y añadió que esta baja se financiará en parte con el fin de algunas exenciones fiscales que benefician a las empresas.
Respecto a las pensiones, la intención de Macron es que el mínimo para las pensiones contributivas quede por encima de los mil doscientos dólares.
Abogó por alargar el periodo de cotización para los trabajadores, aunque no por retrasar la edad legal de jubilación.
También enumeró otros objetivos para el resto del mandato, como una reforma constitucional que permita una descentralización “diferenciada”, la reducción del número de parlamentarios y la introducción de un porcentaje de proporcionalidad en la Cámara Baja. El mandatario se mostró favorable a la supresión de la Escuela Nacional de Administración (ENA), que es considerada el vivero de las elites del país, una de las medidas más polémicas de las que desgranó en su comparecencia y que tenía previsto anunciar el pasado 15 de abril en un discurso cancelado por el incendio de la catedral de Notre Dame.