Hoy será un día de huelga nacional en rechazo a la eliminación de subsidios a los combustibles. El presidente denuncia un intento de desestabilización.
Ante la llegada a Quito de las marchas de manifestantes para hoy miércoles, ayer el presidente Lenin Moreno trasladó momentáneamente la sede del gobierno a Guayaquil y se estableció durante 30 días el estado de excepción, que limita la libertad de circulación en torno a edificios estratégicos, sede de entidades públicas entre las 20,00 y las 05,00 horas. Un grupo de asaltantes, provocó el martes destrozos en la sede de la Contraloría General del Estado que obligaron a otras dependencias estatales a suspender la actividad.
Este domingo el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), Jaime Vargas, comentó que ha quedado cerrado “totalmente el diálogo” con el Gobierno y que solo habrá conversaciones una vez llegue a Quito el multitudinario grupo de aborígenes que se sumó a las protestas por el fin del subsidio a los combustibles.
El levantamiento del subsidio ha sido decretado por el gobierno, debido a la difícil situación económica que vive el país y eso ha suscitado las protestas sociales ante el incremento del costo del transporte.
“Hemos cerrado totalmente el diálogo con el Gobierno, no hay diálogo hasta llegar a la ciudad de Quito”, indicó Vargas en momentos en que hubo cientos de indígenas protestando en varias carreteras del país debido a la polémica medida del Gobierno. Las protestas contra el Gobierno, en las que participaron transportistas y otros colectivos, comenzaron el pasado jueves por la eliminación de los subsidios al diesel y la gasolina conocida como “extra”, la de mayor consumo en el país, en el marco de un acuerdo crediticio con el Fondo Monetario Internacional.
Los indígenas han llegado masivamente a Quito para sumarse a la huelga nacional programada para hoy miércoles, por los sindicatos y otros colectivos sociales en contra de las medidas económicas del Gobierno.
El canciller ecuatoriano, José Valencia, había reiterado la apertura del Gobierno al diálogo, pero sin posiciones de fuerza. Entre ellas la retención de alrededor de medio centenar de militares ecuatorianos que siguen retenidos por grupos indígenas en zonas andinas del país, confirmaron fuentes del Ministerio de Gobierno (Interior). La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) anunció que hacía lo propio y advirtió que retendrá a miembros de las fuerzas del orden que ingresen en sus dominios, en base a su derecho a la autodeterminación. “Militares y policías que se acerquen a territorios indígenas serán retenidos y sometidos a justicia indígena”, advirtió la mayor central indígena del país en un comunicado.
Moreno denunció que tras las protestas hay un intento de desestabilizar el gobierno e, incluso, habló de golpe de Estado. Por su parte, el ex presidente Rafael Correa, desde el exterior señaló que hubo una traición y cinismo por parte del presidente, al referirse a su alejamiento de los lineamientos políticos que se aplicaron durante su presidencia.