Algo más de dos puntos estarían separando a Lenin Moreno de su adversario, Guillermo Lasso. Ante algunas inconsistencias se exige un recuento de los votos. “Seré el presidente de todos”, anuncia el ganador.
Con casi el 96% de los votos de la segunda vuelta escrutados, las autoridades electorales de Ecuador indican que el candidato oficialista Lenin Moreno mantiene una corta ventaja de algo más de 2 puntos sobre su adversario, el líder del movimiento Creo, Guillermo Lasso.
Los resultados están señalando, posiblemente, un cambio sustancial del contexto político. Las elecciones anteriores fueron ganadas por el todavía presidente Rafael Correa, líder de Alianza País, con el 60% de los votos. Su sucesor –Correa ha anunciado que se irá a vivir a Bélgica por un tiempo–logró apenas superar el 51%, al tiempo que Lasso arañó el 49%. Eso está indicando que los 13 millones de votantes están virtualmente divididos en mitades.
Los sondeos realizados en boca de urna dieron resultados opuestos. Uno asignaba la victoria a Lasso, otro a Moreno. Anoche ambos se atribuyeron el triunfo, y mientras el candidato oficialista ensayaba su primer discurso como presidente electo, su adversario reclamó por un recuento completo y anunciaba la impugnación de los resultados. Los opositores sostienen que hay inconsistencias en las actas de votación, y por ello Lasso habló por teléfono con el secretario general de la Organización de Estados Americano, Luis Almagro.
Habrá que esperar la finalización del escrutinio y seguir el proceso, por si se confirman graves inconsistencias. También en primera vuelta hubo suspicacias, y hasta manifestaciones de protesta que provocaron la intervención del Ejército para evitar desmanes, cuando el escrutinio se detuvo algunos días por el retraso con el que llegaron las actas de las mesas más remotas del país. Sin embargo, todos aceptaron el resultado final. Moreno se ubicó apenas por debajo del 40% y Lasso llegó al 28% y todos aceptaron los resultados de las autoridades electorales.
Se percibe que uno de los temas políticos de fondo es la aguda polarización que hay en el país. Y que ha ido creciendo a medida que la “revolución ciudadana” ha encontrado mayores escollos para que el país siguiera creciendo en lo económico.
En los diez años de gestión el país ha registrado un importante crecimiento, con sustanciales inversiones en políticas sociales, mejora de la redistribución del ingreso y reducción de la pobreza. Se ha intervenido en los privilegios de los que gozaban ciertos sectores productivos y eso ha generado reacciones en los que comulgan en una visión más liberal de la economía, con poca presencia del Estado. Sin embargo, se tiene la percepción de que eso se ha realizado sin la necesaria búsqueda de mayores consensos, en algunos casos cooptando las propias organizaciones de la sociedad civil más que buscando un aporte crítico.
Los escollos económicos, la baja en el precio del petróleo del que el país es exportados, el terremoto que afectó el norte del país e insumió sustanciosos recursos para la reconstrucción, y algunos escándalos por corrupción han ido desgastando un oficialismo al que le cuesta hoy afirmarse con una clara mayoría. No por nada, Lenin Moreno prometió anoche “el Gobierno más transparente en la historia del país”. ¿Será capaz de imponer en la gestión su sello más dialoguista y conciliador? ¿Mantendrá Correa su esfera de influencia política? ¿Se podrá avanzar por el camino de la inclusión social iniciado? Moreno dispondrá de la necesaria mayoría en el parlamento. De aquí en más, todo será cuestión de capacidad de diálogo y de conseguir, como lo anunció anoche, de ser “el presidente de todos”.
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