Son el 9,1 por ciento del total de los empleados en el país.
El dato no puede dejar de preocupar: en Colombia, casi uno de cada diez empleados es un menor. Lo señala el informe del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario de Bogotá, según el cual algo más de un millón de menores de edad trabajan en el país, el 9,1 por ciento de los empleados. Cuando se considera el ámbito del trabajo rural, el estudio publicado que el porcentaje se eleva al 15,6 por ciento.
El informe de este observatorio, destaca un aspecto en particular, entre muchos, de la tarea del Gobierno en un país en el que se hace visible la perspectiva de poner fin al conflicto armado interno y, por tanto, poder concentrarse en las asignaturas pendientes, como el trabajo infantil.
Como dato positivo, el informe señala que la cifra total de menores de edad que trabajaban en 2015 se redujo en un 2 por ciento respecto a la del año 2014. Respecto de cómo estos menores consideran el hecho de trabajar, el 39 por ciento sostiene que lo hace “porque le gusta”, otro 34 por ciento declara en cambio que debe ayudar la economía familiar. Un 12 por ciento considera que “el trabajo lo forma, lo hace honrado y lo aleja de los vicios”, mientras que el 11 por ciento sostiene que además de ayudar a la familia debe “costearse sus estudios”.
El 36 por ciento de los menores que trabajan lo hacen en el sector de la agricultura, la ganadería, la silvicultura, pesca y caza; un 35 por ciento realizan actividades vinculadas al comercio, hoteles y restaurantes; un 13 por ciento es empleado en la industria manufacturera y el 8 por ciento en servicios comunales, sociales y personales.
El mayor porcentaje de menores que trabajan se concentra en Sincelejo, en el noroeste del país, donde hay casi 170 mil. Le sigue Neiva, en el suroeste, con unos 140 mil menores empleados y Cúcuta, en el noreste, donde habría más de 125 mil.