Son los titulares de las diócesis de Chillán y de San Felipe, investigados por supuestos casos de abusos y de encubrimiento.
Suben a siete los obispos removidos por el Vaticano con motivo de los abusos sexuales y los encubrimientos de los mismos, de los que el propio papa Francisco dispuso una nueva investigación luego de su visita a Chile, en enero pasado. Desde la Conferencia Episcopal se informó que el Papa aceptó la renuncia de los obispos chilenos de la iglesia de Chillán, Carlos Pellegrín, y de San Felipe, Cristián Contreras.
En su reemplazo Francisco nombró administradores apostólicos de estas diócesis a Sergio Pérez de Arce (Chillán), sacerdote de los Sagrados Corazones y delegado en la zona para la recepción de denuncias de abusos, y Jaime Ortiz de Lazcano (San Felipe), quien se desempeñaba como vicario judicial del Arzobispado de Santiago.
El obispo Pellegrín está siendo investigado por presunto abuso sexual y también por presunto encubrimiento de abusos sexuales, mientras que Contreras se encuentra involucrado en una causa enmarcada en los “delitos contra el orden de las familias, la moralidad pública y contra la integridad sexual”. Al respecto, Contreras ha manifestado que de otra acusación se demostró, luego de las investigaciones realizadas por la propia justicia vaticana, que se trató de acusaciones falsas y que en este último caso se defenderá ante la justicia.
Desde que toda la Conferencia episcopal chilena ha expresamente puesto sus cargos pastorales a disposición del Papa, habían sido aceptadas las renuncias de los obispos de las diócesis de Osorno, Valparaíso, Puerto Montt, Rancagua y Talca. Además, desde agosto del año pasado, la diócesis de Valdivia se encuentra con administrador apostólico, por lo que, de 27 jurisdicciones eclesiásticas, ocho están en espera de que el Papa designe un nuevo obispo.
El dolor que nos produce y la herida infligida a las víctimas es como un puñal en el corazón, llanto y oración por semejantes escándalos. ¿Cómo pudieron Dios?