Desde ayer comienzan a evaluarse la cantidad de víctimas y los daños, que son catastróficos. Los muertos subieron a 30.
El conteo de los muertos ha llegado a 30, pero hay una cantidad imprecisa de personas desaparecidas. Algunos medios hablan de miles, pero podría ser simplemente porque ante la destrucción es complicado saber dónde están.
Las imágenes que se han presentado a la vista de socorristas y medios de prensa son de destrozos catastróficos. El huracán ha sido gigantesco y la fuerza de sus vientos, que han superado los 300 km por hora, ha destruido casas, edificios, fábricas, negocios. Las Naciones Unidas señalan que 70.000 personas en las islas están en una situación de emergencia. Las autoridades han señalado que faltan refugios, agua potable, alimentos y medicinas para 50.000 personas en la isla Gran Bahama y para la casi totalidad de habitantes de las islas Ábacos, que son entre 15.000 y 20.000. Es precisamente en estas últimas islas que el huracán ha provocado la mayor destrucción.
Las islas Ábacos se encuentran a unos 80 km de las costas de Estados Unidos, donde las autoridades y la población se están preparando a la llegada de Dorian que, mientras tanto, ha ido perdiendo y recuperando fuerza. Si en algunos momentos había bajado a categoría 1, luego volvió a recuperar fuerza pasando a categoría 3.
Cientos de miles de habitantes costeros de los Estados Unidos están siendo evacuados, al tiempo que se están tomando medidas de precaución ante la llegada del fenómeno climático de considerable violencia.