Se sostiene que las batallas mediáticas del fundador de Wikileaks ponen en riesgo las relaciones del país sudamericano con otros Estados.
Se está complicando la vida del fundador de Wikileaks, Julian Assange, que desde 2012 vive refugiado en la embajada de Ecuador en Londres. Assange su piso así a salvo de las autoridades británicas que han dado curso a una denuncia por abusos sexuales por parte de dos ciudadanas suecas, y que las autoridades de Suecia han retirado. Se tema que Londres entregue al refugiado a las autoridades de Estados Unidos que lo acusan del delito de revelar información clasificada como secreto de Estado.
Desde que asumiera el nuevo Gobierno de Ecuador, Assange ha recibido advertencia para evitar exponer el país sudamericano a problemas diplomáticos con otros Estados debido a sus opiniones vertidas en las redes sociales y medios de comunicación. Para ello, se le pidió firmar un compromiso por escrito a fines del año pasado. Sin embargo, ha habido más opiniones públicas y eso ha llevado a las autoridades ecuatorianas a no permitirle el acceso a Internet, teléfono, impidiendo cualquier comunicación con el exterior.
Esta semana Julian Assange volvió a hacer comentarios sobre Rusia, Reino Unido y la filtración de datos de Cambridge Analytica. Según un comunicado oficial de Ecuador de este miércoles, Assange incumplió “el compromiso escrito que asumió con el Gobierno a finales de 2017, por el que se le obligaba a no emitir mensajes que supusieran una injerencia en relación a otros Estados”. Las medidas adoptadas abren la puerta a otras medidas ante la falta de compromiso del refugiado. Assange insiste en que él quiere declarar ante el comité del Parlamento británico que investiga el caso de Cambridge Analytica, pero que ha habido presiones políticas sobre ese organismo.
Por otra parte, Assange señala que “mi nombre y el de Wikileaks fueron mencionados por personas que aparecieron allí, como Alexander Nix, 26 veces. Me parece apropiado, por ejemplo, que responda de la misma manera a la difamación del director adjunto de EL PAÍS, por ejemplo, David Alandete, que se presentó ante ese comité para difamarme a mí personalmente y al movimiento independentista catalán, en un momento de intenso conflicto político interno en España, que ahora ha producido numerosos presos políticos y refugiados”. David Alandete compareció ante un comité del parlamento británico señalando injerencias rusas en la crisis independentista catalana. Assange tomó posición en su momento a favor de la independencia catalana, mientras que el diario español se opuso desde el primer momento.
La cuestión es que las batallas mediáticas de Assange, según el Gobierno ecuatoriano, ponen en riesgo “las buenas relaciones que el país mantiene con Reino Unido, con el resto de los Estados de la Unión Europea y otras naciones”. De ahí, la decisión de cortar a Assange cualquier tipo de comunicación con el exterior mientras permanezca en la Embajada en Londres “para prevenir potenciales perjuicios”.
Es errado llamar buenas relaciones a relaciones corruptas que cuesta la vida a millones de inocente. Los autores políticos y responsables intelectuales de las masacres y hambrunas mundiales no pueden tener buenas relaciones; pueden ser cómplices, encubridores y delincuentes. Ya no se puede ocultar el cataclismo de corrupción que conmueve a la Humanidad y concentra ingentes fortunas, monumentales fortunas; ciclópeas fortunas en pocas manos y condena a muerte a millones y millones de seres humanos. LA CORRUPCIÓN ES INFERNAL.