El ELN y su voluntad de paz

El ELN y su voluntad de paz

El grupo guerrillero colombiano admitió la autoría del atentado en Bogotá en el que provocó un muerto y 29 heridos, entre ellos policías. ¿Cómo entender este proceso de paz?

No será fácil la negociación para alcanzar la paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Lo demostraron los dos años de contactos informales necesarios para llegar a una mesa de trabajo y la postergación de su comienzo debido al desencuentro sobre la liberación de secuestrados.

Esta semana, el ELN reconoció la autoría del atentado contra policías del cuerpo especial ESMAD, que provocó la muerte de un efectivo, heridas a otras 29 personas, entre ellas dos civiles inermes. Se reportan al menos otros dos ataques armados en el país, que provocaron heridas a cuatro policías.

El grupo guerrillero insiste en que el hostigamiento armado tiene como fin alcanzar un cese bilateral del fuego, lo que ha provocado la reacción del Gobierno que ha recordado que para conseguir este objetivo es necesario reducir la violencia y no incrementarla.

Al pretender un cese bilateral inmediato de las hostilidades, el ELN revela que considera que hay sectores del país bajo su control, como si fuera otro estado y no una sublevación armada que carece totalmente de justificación medio siglo después de haber comenzado. En esto muestran, más que voluntad de paz, que quieren asegurarse objetivos políticos para obtener más que lo conseguido por las FARC (que desde ayer comenzó la fase de entrega de armas). Recién un año después del alto el fuego proclamado unilateralmente por las FARC se llegó a que también el Estado suspendiera el fuego. Sin embargo, ante esa voluntad de paz, las fuerzas de seguridad redujeron de facto su actividad con un notable desescalamiento de la violencia.

Lanzar bombas para reclamar un alto el fuego, parece una actitud poco conducente. El ELN protesta por la saturación con presencia de fuerzas de seguridad en las zonas bajo su control, como si no fuera una tarea propia de éstas dar seguridad a la ciudadanía.

El proceso de paz conducido con las FARC ha demostrado sobradamente la disponibilidad a cerrar el capítulo de la violencia política en Colombia, trasladando al ámbito político la contraposición dialéctica porque las décadas transcurridas demuestran la inutilidad de la guerra para conseguir este objetivo. El ELN debe entender este principio fundamental, si de verdad quiere la paz para el país.

 

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