Fracaso, esa es la palabra que sintetiza lo acontecido en la reunión que en la jornada de ayer mantuvieron los gremios docentes con funcionarios del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.
Lejos del 35 por ciento de aumento exigido por los gremios, el Gobierno de María Eugenia Vidal formalizó una nueva propuesta que consistió en: 2 mil pesos por cargo (hasta dos cargos) en concepto de recuperación del poder adquisitivo perdido en el 2016; aumento salarial del 21% para el 2017 (11% en abril y 10% en septiembre); cláusula “gatillo” en julio para el primer tramo y en enero 2018 para el segundo y la incorporación de una suma (no especificada), cuatrimestral, en concepto de presentismo.
Además ofreció, para los años 2018 y 2019, un incremento igual al índice inflacionario más un 10% adicional.
Sin embargo, los gremios consideraron “insuficiente” la propuesta formulada por el ejecutivo provincial y anunciaron un paro de 24 horas que se llevará a cabo mañana en las escuelas públicas (y algunos privados) de la Provincia de Buenos Aires.
Tras ser consultada por los alcances reales de la nueva propuesta formulada por el Gobierno, la Presidenta de la Federación de Educadores Bonaerenses (Feb), Mirta Petrocini, afirmó: “En la práctica, esta propuesta significa una mejora de sólo $90. Un docente que recién se inicia estaría percibiendo un salario de bolsillo inferior a los $12.000, lo cual lo dejaría por debajo de la línea de la pobreza. Es inaceptable, por eso todos los gremios rechazamos esta oferta”.
Por su parte, desde el gobierno sostienen que la falta de acuerdo con los gremios se debe, principalmente, a la negativa de premiar el presentismo de los trabajadores. “Desde el día que asumimos dijimos que el derecho constitucional de huelga consiste en una inasistencia justificada para la gente“, afirmó el titular de la cartera educativa bonaerense, Alejandro Finocchiaro, “pero no que hay que pagarle el sueldo al que no trabajó”.
Asimismo, el funcionario provincial explicó que durante la reunión del lunes “básicamente las dos grandes discusiones fueron por el presentismo. Ellos filosóficamente toman el presentismo como un castigo, y nosotros para bajar ese 17% de ausentismo que tenemos en la docencia en la provincia de Buenos Aires“.
Básicamente el fracaso de la reunión se debió a que no se intentó encontrar una solución o arribar a un acuerdo, sino que cada uno se enfocó en su visión, su objetivo, y no escuchó a la otra parte. Desde el gobierno hicieron hincapié en el presentismo, en cambio los gremios se limitaron a exigir una oferta salarial superadora, que se acerque al 35 por ciento que reclaman.
De esta manera, el conflicto docente se agrava y, tal como se esperaba, tras dos meses sin medidas de fuerza, regresaron los paros a las escuelas públicas de la Provincia de Buenos Aires.
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